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martes, 1 de octubre de 2002

Aznar Dice No a Ibarretxe

Este artículo acerca del estado de crispación política prevaleciente en el estado español a causa de la cerrazón de Aznar con respecto al diferendo político con el pueblo vasco aparece hoy en La Jornada:

No permitiré que la sociedad española sea "arrastrada a una crisis": Aznar

Armando G. Tejeda | Corresponsal

El presidente del gobierno español, el conservador José María Aznar, aseguró hoy que no permitirá que "la sociedad española sea arrastrada a una crisis por el desvarío de unos fanáticos", en alusión a la propuesta lanzada el viernes pasado por el gobierno vasco de impulsar una salida al conflicto en la región mediante un proyecto basado en la "libre asociación y la soberanía compartida".

Esta propuesta podría ser votada en un referéndum antes de tres años, cuando finalice la legislatura actual, consideró este día el propio presidente vasco, el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe.

Más aún, anunció que levantará este mes el veto que impuso a la suspendida Batasuna en cumplimiento de sus promesas de campaña, mientras la coalición nacionalista no condenara a ETA. El lehendakari incluirá a representantes de la formación abertzale en los encuentros con los partidos para debatir su proyecto soberanista.

La propuesta que presentó ante el Parlamento el lehendakari vasco sigue siendo el centro del debate político entre Madrid y el País Vasco, que se encuentra en uno de los picos de mayor tensión en los últimos años. Una vez que Aznar y la oposición socialista, apoyados por los autos judiciales del magistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, pusieron en marcha el proceso para declarar ilegal a Batasuna, la coalición de la izquierda nacionalista vasca a la que se acusa de ser brazo político de ETA, la división entre el gobierno vasco y la administración española se ahondó hasta el punto de que Ibarretxe anunció la votación de un nuevo marco de relación con España.

La iniciativa, que deberá estar redactada dentro de 12 meses, prevé que el pueblo vasco decida "su propio futuro" por la vía del referéndum. Esta idea, sin embargo, ha sido duramente criticada por dirigentes políticos, jueces y medios de comunicación españoles, que la califican de "disparate" que pretende imponer un "régimen nacionalista excluyente" que conllevará a una mayor confrontación civil."

El propio Aznar afirmó ante la directiva de su formación, el derechista Partido Popular (PP), que "no habrá ningún margen para la ruptura", pues "quieren romper con España, pero primero tendrán que romper la convivencia de los vascos".

El gobernante consideró además que el Partido Nacionalista Vasco (PNV, en el gobierno regional) "siempre ha querido proyectar el conflicto en el resto de España", pero -advirtió- "el gobierno actuará con seriedad, aplicando la ley sin aspavientos pero sin complejos", en alusión a la Constitución y el estatuto que desde 1979.

A su vez, el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, sostuvo que el proyecto anunciado por el gobierno vasco para hacer de la zona una nación asociada es inviable, porque "no es una previsión que esté en la Constitución, pues ésta solamente se puede reformar si hay un referéndum de todos los españoles" y no sólo de una comunidad autónoma, señaló.

También el presidente del Tribunal Constitucional español, Manuel Jiménez de Parga, aseguró que la libre asociación "no encaja en la Constitución", y coincidió con Cardenal en que sólo todos los españoles pueden cambiar la ley fundamental del Estado.

Antes de la intervención de Aznar ante sus correligionarios, el presidente vasco explicó a la emisora radiofónica Cadena Ser que la votación del referéndum de autodeterminación sólo se llevará a cabo "en ausencia de violencia" y antes de que finalice la actual legislatura, es decir, antes de 2005. Para el lehendakari es prioritario actualizar el modelo de convivencia entre Euskadi y Madrid, ya que considera que así "no pueden vivir los vascos". Ibarretxe explicó el pasado viernes, al lanzar su propuesta, que la región se encuentra inmersa en un clima de violencia, protagonizado por ETA, y a la vez afectada por un creciente autoritarismo y prácticas excluyentes, de las que responsabilizó al gobierno de Aznar y a algunas decisiones del juez Garzón, sobre todo la relativa a prohibir manifestaciones e impedir la libre expresión y asociación de una parte importante del País Vasco.

Ibarretxe explicó que de someterse a votación la iniciativa se han fijado como meta superar el porcentaje de apoyo que recibieron en su día la Constitución y el Estatuto en el País Vasco, es decir, un 30 y un 53 por ciento, respectivamente.

"Este proyecto no está defendido por las fuerzas nacionalistas, sino por ciudadanos que no pertenecen a esa ideología pero que tenemos claro, en nuestra condición de vascos, que lo que seamos en el futuro lo decidiremos nosotros. Tampoco voy a pedir permiso a ETA para hacer política", añadió.

Al comentar la propuesta de Ibarretxe, el secretario general de los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unio, Josep Antoni Duran Lleida, afirmó que tiene "muchos puntos de coincidencia" con su propio proyecto para Cataluña, región que gobiernan desde hace más de 20 años, por lo que la consideró "legítima y respetable".

Por otra parte, mientras el ministro español del Interior, Angel Acebes, sostuvo que ETA pasa por "uno de los momentos de mayor debilidad", la Guardia Civil informaba haber detenido en San Sebastián y en la localidad guipuzcona de Usurbil a tres presuntos colaboradores de la organización armada, con lo que ya suman seis los detenidos desde el pasado sábado.





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