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viernes, 19 de septiembre de 2003

Aznar el Censor

Cualquier persona estudiosa de la política y la historia entiende que un régimen que por más que quiera hacerse pasar por democrático se expone a sí mismo como autoritario cuando dirige sus baterías hacia el arte.

Pues bien, José María Aznar y su Partido Popular se han decidido a cruzar esa raya y se han ido con todo en contra del director donostiarra Julio Medem por su documental acerca del conflicto político vasco.

Lo que seguirá supongo es una quema de películas y libros vascos. Esta nota aparece hoy en La Jornada:


Busca el partido de Aznar que no se exhiba el documental de Julio Medem

Embate del PP contra cinta sobre el conflicto vasco

Armando G. Tejeda | Corresponsal

La mezcla entre creación artística y la situación política que se vive en el País Vasco volvió a resultar explosiva; en esta ocasión la polémica surgió a raíz del documental La pelota vasca. La piel contra la piedra, del prestigioso cineasta Julio Medem, en el que se aborda a manera de "polifonía humana" el enquistado conflicto que vive la región desde hace al menos cuatro décadas. El derechista Partido Popular (PP), que se negó sistemáticamente a participar en el proyecto, pretende ahora que se estudie la "idoneidad" de su proyección en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde está prevista su primera exhibición pública.

La situación que vive estos días Medem es similar a la que sufrió hace unas semanas Manu Chao, quien tuvo que cancelar algunas de sus actuaciones en el sur de España ante la exigencia del PP, de la Asociación Basta Ya y el Foro de Ermua (formadas por víctimas y amenazados de la organización armada ETA) de suprimir de sus conciertos a Fermín Muguruza, cantante vasco que ha expresado públicamente sus ideas soberanistas y cercanas a la izquierda abertzale.

Medem, también autor de los filmes Los amantes del círculo polar y Lucía y el sexo, empezó a trabajar en este proyecto desde mayo de 2001, a raíz de las elecciones autonómicas que se celebraron en Euskadi, que fueron -a su juicio- ''un espectáculo de la calumnia, la mentira y el linchamiento contra el nacionalismo vasco'' por parte del gobierno del conservador José María Aznar y de la ''mayoría de los medios de comunicación'' . El cineasta vasco pretendía dar voz a todos los sectores que de alguna forma están vinculados al conflicto, si bien no lo pudo hacer del todo, ya que el PP y algunos intelectuales que simpatizan con sus ideas, como Fernando Savater o Jon Juaristi, se negaron a ser entrevistados por Medem a pesar de su insistencia en incluirlos en el documental. Pese a todo, Medem logró entrevistar a 103 personas, de las cuales al menos 70 aparecen en el filme que se distribuirá en las salas comerciales.

El propio cineasta explicó en su diario de trabajo el origen de este trabajo: ''Todos los documentales que he visto últimamente sobre el conflicto vasco (en algunos hasta se dice que no hay conflicto) tratan de las víctimas del terrorismo. Diré enseguida, para que no haya malentendidos, que esta situación de falta de libertad y vida en amenaza de muerte me parece el peor y más acuciante de los problemas, pero no es el único. Después del devastador problema moral de la violencia, existe un grave y crónico trastorno de origen político que en los últimos años ha desembocado en la actual guerra (política) entre los gobiernos español y vasco".

Sin embargo, la polémica surgió a raíz de una proyección privada que ofreció Medem a algunos de los entrevistados, de los que sólo dos, Gotzone Mora e Iñaki Esquerra, exigieron la retirada de sus testimonios del documental. Mora y Esquerra, miembros del Foro de Ermua, consideraron que el filme ''presenta a la Guerra Civil española como una contienda de España contra el País Vasco, reproduciendo los tópicos más rancios del nacionalismo más radical", al tiempo que tildaron de "escandaloso que las víctimas aparezcan como un puro trámite y se haga victimismo del lado de los verdugos; no aparece la realidad de los amenazados y, por el contrario, se pone énfasis en un relato maquillado de etnicismo".

El cineasta vasco se ha negado a responder a las críticas, al menos hasta que el público conozca su labor, si bien se remitió a su diario de trabajo, titulado Un pájaro vuela dentro de una garganta, para explicar el origen y la intención de su obra más política como autor. En éste, Medem sostiene que "el auge del ultranacionalismo español de Aznar, que se ha ido haciendo insoportable en su confrontación totalitaria contra el nacionalismo vasco, hizo que, después de Lucía y el sexo, decidiera volver a intentar escribir algo mínimamente justo acerca del conflicto vasco. Lo primero que me propuse fue no odiar".

El cineasta vasco también relató las principales dificultades que empezó a sufrir a la segunda semana de iniciado el rodaje: "Del PP recibimos una negativa tajante a que cualquiera de sus miembros participara en la película. Desde la productora se les estuvo insistiendo durante más de cuatro meses a través de infinidad de llamadas telefónicas (hay constancia), garantizándoles sitio y respeto a su opinión, pero fue inútil. Lamento especialmente que tres personas, para mí fundamentales, negaran su participación, como son Fernando Savater, Jon Juaristi y Cristina Cuesta".


Para los que no están muy familiarizados con los detalles finos del conflicto vasco la razón por la que Julio Medem se lamenta de la negativa a participar en el documental por parte de Savater, Juaristi y Cuesta es por que este trio es el motor que impulsa a un grupo de choque de tendencia fascista que está al servicio de la ultraderecha española mismo que opera en Euskal Herria.

Sagazmente lo han disfrazado de ONG, una que supuestamente busca la paz mientras aboga por los derechos de los que ellos llaman "víctimas del nacionalismo vasco". A Cuesta y a Juaristi no los conoce nadie fuera de Euskal Herria y de España, pero Savater ha logrado labrarse una figura de filósofo admirado alrededor del mundo lo que le ha permitido darle legitimidad a su desvergonzada labor por demonizar al pueblo vasco como parte de la campaña mediática implementada por las altas esferas de poder españolas.

Si la preocupación del Partido Popular es que el documental de Medem funcione como propaganda en pro del derecho del pueblo vasco a decidir su futuro entonces que mejor que tener a alguien del peso de Savater hablando a favor de la postura españolista en el documental, lo cual hace más extraña la decisión del "filósofo" de no querer participar cuando era para el bien de su causa, la perpetuación del concepto de la España Una Bajo Dios.

Pero eso no es todo, la decisión de los integrantes del Foro de Ermua de no participar en el documental pone en evidencia sus estrechos lazos con el Partido Popular y expone a Savater como un engaña tontos en la misma categoría de Baltasar Garzón y su supuesta querella contra Pinochet.
 
 


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