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viernes, 12 de marzo de 2004

Los Atentados en Madrid

Tras los terribles actos de barbarie llevados a cabo en contra de los usuarios de los trenes de cercanías en Madrid, La Jornada ha publicado este reportaje en el cual, de inicio, se desacredita la autoría de ETA en los mismos, autoría que es la versión oficial que mantienen La Zarzuela y La Moncloa. 
 
Llevan razón los expertos que dudan de que ETA esté involucrada y nosotros ahondamos en ello; no olvidemos ni por un momento que la lucha armada que ha desarrollado dicha organización antifascista vasca ha sido muy precisa en cuanto a sus objetivos: los estamentos del estado español y los símbolos del capitalismo. 
 
La mayor parte de los caídos por las acciones armadas pertenecen a las fuerzas armadas, a los cuerpos policíacos y a los grupos paramilitares. En menor medida lo han sido integrantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Es más, muchos de los que Madrid lista como civiles eran en realidad narcotraficantes y agentes encubiertos. Son muchos los casos en los que ETA comunica la colocación de un artefacto explosivo para así evitar daños colaterales, medida humanitaria que el régimen borbónico franquista aprovechó para llevar a cabo una de sus mayores salvajadas en contra del pueblo catalán cuando optó por no evacuar el supermercado de la cadena Hipercor en Barcelona, habiendo tenido más de dos horas para hacerlo.

Pero ¿por qué insisten Aznar y su corifeo de peperos en culpar a ETA? Sencillo, buscan desviar la atención del elefante en la habitación, o sea, del apoyo brindado por Madrid a George W. Bush en sus aventuras belicistas en Afganistán e Irak. Además, culpar a ETA les reditúa electoralmente en la recta final al proceso que se llevará a cabo este domingo.
 
Adelante con la lectura:
 
Atentado con sello de Al Qaeda en Madrid; más de 190 muertos

Se atribuye ataque a ETA en un primer momento, no es su modus operandi, sostienen expertos

Armando G. Tejeda | Corresponsal

La explosión casi simultánea de 12 bombas en tres estaciones de trenes urbanos en esta capital dejó 192 muertos y mil 421 heridos, en el peor atentado realizado en Madrid, y en el que habría participado al menos un atacante suicida, según fuentes oficiales, pero el gobierno del derechista José María Aznar mantenía esta noche su hipótesis de que el responsable sería la organización armada ETA, aunque no descartó investigar la posibilidad de otras líneas dirigidas al extremismo islámico.

Las autoridades españolas, que en un primer momento culparon a ETA de los más violentos atentados ocurridos en Europa, dijeron que entre los cadáveres se encuentra el de un posible atacante suicida.

La red Al Qaeda, que también reivindicó los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington, se atribuyó el atentado en un comunicado cuya autenticidad aún no se ha confirmado.

Minutos después, el gobierno de José María Aznar acusó a la organización armada vasca ETA del brutal atentado; sin embargo, unas 12 horas después informó que se mantienen abiertas varias líneas de investigación, pues la policía localizó una camioneta, presumiblemente utilizada por los autores de la matanza, en la que había detonadores y grabaciones con fragmentos del Corán, recitados en árabe.

El comunicado de Al Qaeda, entregado al diario londinense escrito en árabe Al Quds Al Arabi, sostiene que sus militantes "triunfaron en la operación contra los cruzados", que es como la red denomina a Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países que, como España, participaron en la invasión a Irak. El comunicado dice también que el atentado fue denominado por la red como acción Trenes de la muerte.

A primeras horas de la mañana, el caos, el miedo y la desesperación interrumpieron la calma habitual de la metrópoli española. Los lugares elegidos por los responsables de esta matanza fueron los vagones de cuatro diferentes trenes que realizan trayectos cortos y trasladan diariamente a unas 900 mil personas.

La hora elegida también fue la peor de las posibles: las 7:40, el momento de máxima ocupación de este medio de transporte, utilizado sobre todo por trabajadores y estudiantes universitarios.

Según la información difundida por el gobierno español, los responsables del atentado escondieron 12 bombas en mochilas, cada una con entre 10 y 12 kilos de explosivos, en los vagones y en las instalaciones de las estaciones afectadas. Los artefactos fueron programados para estallar de forma casi simultánea en un lapso de cuatro minutos y a su llegada a terminales del conurbado madrileño.

El primer estallido ocurrió a las 7:39 de la mañana, cuando llegaba a la estación de Atocha, la más utilizada del país, un tren que partió del centro de Madrid. La segunda explosión ocurrió en un tren que había partido de la localidad madrileña de Alcobendas, unos treinta minutos antes, a su llegada a la vía dos de la estación de Atocha. Estas dos detonaciones provocaron, en un primer balance, 94 muertos y más de 700 heridos.

Minutos después, cuatro cargas estallaron a bordo de un tren que acababa de llegar a la estación ferroviaria de El Pozo del Tío Raimundo, a unos dos kilómetros de Atocha. El tren provenía de Alcalá de Henares. Esta acción costó la vida a unas 67 personas, y dejó heridas a 500 más, al menos.

La última exploción ocurrió en la terminal de Santa Eugenia, también al sur de la ciudad y cerca de Atocha, en un vagón repleto de pasajeros, donde 16 personas murieron y más de 200 resultaron heridas.

Los atentados provocaron la inmediata movilización de todos los servicios de asistencia sanitaria, de los diversos grupos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de los bomberos y de la sociedad civil, que se volcó de forma espontánea en la petición urgente de donación de sangre para socorrer a los heridos y manifestó en las calles su indignación.

Hospitales públicos y privados se saturaron en cuestión de horas ante la incesante llegada de lesionados y conmocionados. También el cuerpo de médicos forenses madrileños se vio superado ante la magnitud de la matanza, y por ello tuvieron que solicitar apoyo a otras comunidades autonómicas para intentar identificar y levantar las actas de defunción de cientos de víctimas lo antes posible, tarea que todavía no ha concluido debido al estado irreconocible en que quedaron muchos de los cuerpos.

El traslado y la atención de los heridos duró más de cuatro horas, en un clima de temor ante la amenaza de nuevas explosiones, una vez que agentes especializados tuvieron que detonar en forma controlada tres bombas más. Según expertos, estos artefactos fueron colocados en las instalaciones ferroviarias con la intención de asesinar a los policías que acudieran al lugar del atentado.

El gobierno español convocó a todos los ciudadanos a concentrarse este viernes por la tarde para condenar los atentados bajo el lema: "Con las víctimas, con la Constitución y por la derrota del terrorismo".

El gobernante Partido Popular, del presidente José María Aznar, el Partido Socialista Obrero Español e Izquierda Unida confirmaron su participación en las movilizaciones, mientras el partido vasco Eusko Altasuna anunció que no acudirá a las manifestaciones. La comunidad de municipios de Madrid pidió a los ciudadanos reunirse este jueves durante cinco minutos frente a sus ayuntamientos, en un llamado que también fue acatado en comunidades como pidió Cataluña, Galicia y Andalucía.

Líneas de investigación

El ministro del Interior español, Angel Acebes, ofreció al menos dos versiones sobre los dramáticos atentados. Primero mantuvo que tenía la "total certeza" de que ETA era la responsable de los ataques, e incluso difundió las fotografías de seis personas de origen vasco como los supuestos autores.

En tanto, expertos entrevistados por los medios señalaron que el modus operandi de los atacantes no correspondía a ETA. En sus 30 años, la organización armada vasca no ha dirigido sus atentados contra la sociedad civil, salvo en el caso de un supermercado en Barcelona en 1981, en el cual murieron 21 personas. Además, ETA suele avisar con al menos 30 minutos de antelación del estallido de sus artefactos.

Doce horas después de su primera declaración, Acebes informó que nuevos datos daban un giro radical a la investigación y al presunto motivo de los atentados: los agentes de seguridad españoles localizaron en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Alcalá de Henares una camioneta abandonada con varias grabaciones con fragmentos del Corán y en las que se instaba a la difusión de la enseñanza de la religión musulmana.

Este hallazgo provocó que la policía española abriera "nuevas líneas de investigación" y dirigiera sus indagaciones a los círculos del extremismo islámico, que en los últimos meses había advertido al gobierno español, mediante varios comunicados rubricados por Al Qaeda, que España se había convertido en objetivo de sus acciones terroristas en virtud del apoyo de Aznar a la política de "guerra preventiva" del presidente estadunidense, George W. Bush, y de la posterior ocupación militar de Irak.

Todavía la noche de este jueves, el vocero del gobierno español, Eduardo Zaplana, insistió en la hipótesis que atribuye la responsabilidad de la matanza a ETA y calificó de "mentira" la supuesta participación en una de las explosiones de un terrorista suicida.

"Todo lleva a que ha sido la banda terrorista criminal ETA" la responsable de la matanza de Madrid que provocó al menos 192 muertos y más de mil 400 heridos al estallar 10 artefactos en tres estaciones de trenes, afirmó Zaplana, poco después de que la radio privada Cadena Ser indicara -citando fuentes antiterroristas- que un atacante suicida estaba en uno de los convoyes.

"Puedo desmentir categóricamente" la hipótesis del atentado suicida, sostuvo Zaplana, quien lamentó la existencia de "un escenario de confusión interesado por parte de algunos".

Tras asegurar que "a esta altura de la investigación se sabría", Zaplana dijo que la versión según la cual "podía haber alguna persona de origen musulmán entre los fallecidos, ha sido desmentida por la policía".

Sin embargo, la Cadena Ser, perteneciente al grupo del diario El País, insistió en que según fuentes de la lucha antiterrorista, "al menos una persona se ha inmolado en uno de los vagones del tren que llegaba a Atocha".

Ese supuesto atacante suicida llevaba "tres piezas de ropa interior y estaba afeitado, algo habitual en los comandos suicidas árabes por sus creencias religiosas", añadió la Cadena Ser al aire y en su sitio web.

"Las fuentes aseguran que a raíz de este hecho se ha decidido avisar a forenses israelíes", agregó la emisora, indicando que en la furgoneta hallada esta tarde en Alcalá de Henares, periferia este de Madrid de donde partieron los trenes que fueron blanco de los atentados, se encontró una sustancia explosiva que está siendo analizada.

Siempre según la Cadena Ser, citando fuentes antiterroristas, esa sustancia no es la dinamita titadine que habitualmente utiliza ETA.

Al menos un chileno y un ecuatoriano murieron y entre los mil 400 heridos figurarían decenas de latinoamericanos, en su mayoría ecuatorianos y colombianos, trascendió.

Más de la mitad de los inmigrantes legales en España son latinoamericanos (514 mil 485), en su mayoría ecuatorianos y colombianos, seguidos por africanos. Más de 200 mil ecuatorianos viven legalmente en España, pero entre 350 mil y 450 mil están en situación irregular, según la entidad hispano-ecuatoriana Rumiñahui.

Fuentes del Ministerio del Interior español pidieron a inmigrantes indocumentados colombianos y ecuatorianos que hayan resultado heridos en los ataques con bomba que no teman acudir a centros de salud para ser atendidos. 




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