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viernes, 3 de diciembre de 2004

Alatriste el Censor

En su momento no le puso mucha atención a esta denuncia, pero hoy que se ha publicado la misiva que uno de los autores de la misma hizo llegar al Correo Ilustrado de La Jornada en respuesta a la enviada por el propio Sealtiel Alatriste. Hemos decidido reparar el error.

Va pues la carta y ya lueguito publico la nota:

Señora directora: Como el periodismo es, ante todo, fidelidad a los hechos y también a los dichos (o a las omisiones), comento lo siguiente del texto de Sealtiel Alatriste "Sin censura. Sobre información y mala leche", que se refiere a la nota publicada acerca del homenaje rendido al escritor Manuel Vázquez Montalbán en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara:

Por respeto a los lectores de La Jornada, por honor a la verdad y aprecio a la memoria de Vázquez Montalbán, no puedo aceptar que se diga que fue "una noticia falsa, mal intencionada" y que difame al señor Alatriste, ex cónsul de México en Barcelona.

Alatriste da su versión de lo ocurrido en el acto y responsabiliza a otros de que no se leyera completa la carta que el subcomandante Marcos dirigió a la esposa e hijo del periodista catalán.

El señor Alatriste falta a la verdad cuando dice que en su intervención, previa a la lectura, avisó que leería "sólo unos fragmentos" de la misiva. Miente. Nunca aclaró tal cosa a los asistentes. Lo invito a que revise la grabación de sus palabras ese día para confirmarlo. Quienes colmamos el auditorio ese día quedamos con la impresión que lo leído era el mensaje completo del líder guerrillero.

También falta a la verdad cuando afirma que se repartieron copias del mensaje entre el público. A la mayoría de los periodistas se le proporcionaron copias una hora después de terminado el acto.

Al final de las intervenciones, efectivamente, dos jóvenes hablaron de los presos en las protestas del 28 de mayo en Guadalajara y los participantes en la mesa firmaron la demanda de su liberación, como consta en la nota publicada.

Al final del acto, me dirigí al señor Alatriste para solicitarle atentamente una copia de la carta de Marcos para ser publicada en La Jornada. Su respuesta fue contundente y directa: "No te la doy porque se la entregué en exclusiva a El País y la van a publicar en dos días". Al insistir, recibí la misma respuesta: "es una exclusiva para El País". De tal manera que solicité una copia a Anna Sallés, viuda de Vázquez Montalbán, quien de manera amable me remitió a Pilar del Río, que cordial y cariñosamente me hizo llegar una. Así que, agradecido, me despedí. En ningún momento, nadie me explicó, informó o aclaró que el texto no se había leído completo.

Ya con la misiva en mis manos volví a leerla y me percaté de que no se había leído la posdata, lo que me pareció normal.

Pero al leer con más cuidado el texto de Marcos, me extrañó no haber escuchado algunos párrafos que se referían al caso de los jóvenes presos en Guadalajara y las referencias a la postura asumida por Manuel Vázquez Montalbán en torno a la polémica sobre el conflicto vasco que generó la iniciativa zapatista de dar "Una oportunidad a la palabra".

Curiosamente se habían omitido las partes que contenían el mensaje político de los zapatistas. Cualquiera puede entender que en un acto de esas características, por falta de tiempo, no se lea completo un texto largo. Pero lo que llama la atención es que se escogió suprimir los pasajes incómodos referidos al gobierno de Jalisco y la represión a los altermundistas, así como sobre el País Vasco, que tanta polémica causaron en su momento.

Comenté a mi periódico lo sucedido y contacté a mi compañera Ericka Montaño para redactar la nota de lo que nos pareció un "acto de censura", justo por todo lo señalado.

Quizá fue un exceso de nuestra parte atribuirle a Sealtiel toda la responsabilidad de lo ocurrido y calificarlo como censura. Pero la verdad es que esta doble omisión (suprimir el contenido político del texto y no haberlo aclarado) nos pareció un hecho grave del que dimos cuenta.

La mala leche no proviene de los reporteros que hicimos nuestro trabajo. Estoy convencido de que los periodistas estamos obligados a rectificar cuando nos equivocamos o emitimos juicios errados. En este caso fue atribuirle toda la responsabilidad de las omisiones al señor Alatriste.

También estoy acostumbrado a los personajes públicos que para no reconocer sus errores culpan a otros y desacreditan a quien los señala.

Vale la pena aclarar que la nota a la que se refiere Alatriste está firmada por mi compañera Ericka Montaño y por un servidor (omitir los nombres no es correcto, como tampoco que sólo se refiera "el reportero", lo que refleja cierta misoginia).

Resulta triste y lamentable esta polémica que involucra a gente admirada por su talento literario y su calidad humana. De antemano expreso mi admiración y consideración por Anna Sallés, José Saramago, Pilar del Río, Rosa Regás, Carlos Monsiváis y Pasqual Maragall, quienes participaron y colaboraron en dicho homenaje.

Jesús Ramírez Cuevas


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