Un blog desde la diáspora y para la diáspora

viernes, 19 de mayo de 2006

Traición Consumada

Vicente Fox Quezada, el represor de Lázaro Cárdenas y San Salvador Atenco, ya puede estar tranquilo.

Su traición a México y su traición al pueblo vasco se ha consumado.

El día de ayer, en un enorme avión, los representantes de la corona española se llevaron a seis personas inocentes a enfrentar un turbio proceso judicial por parte de un sistema que los considera culpables por es solo hecho de ser lo que son, vascos.

¿Por qué traiciona Fox a México?

Sencillo, para lograr la extradición de los vascos Vicente Fox pisoteó un sin número de leyes y principios jurídicos mexicanos, llegando al extremo de sentar un precedente a nivel de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación cuando logró comprar a ocho ministros de la misma para que dieran un fallo favorable a los represores españoles quienes tienen a su vez en su nómina al presidente de la República Mexicana y a su túrpido Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, defensor de la militarización estadounidense de la frontera norte del país una vez soberano e independiente.

Fox también pisoteó la añeja tradición de asilo político que tanto lustre le había dado a México a nivel internacional. A partir de ahora, aquellos que huyen de regimenes totalitarios y asesinos saben que los panistas de México estarán dispuestos a entregarlos por un puñado de dólares o de euros, según sea el caso.

¿Por qué traiciona Fox al pueblo vasco?

Primero que empiece Fox por preguntárselo a su familia materna. Que recuerde el cachorro del imperio como alguna vez inclusive jugó la defensa central del equipo de futbol del Centro Vasco.

Pero eso no es suficiente, el pueblo vasco ha luchado por su autodeterminación con dignidad y apego a las leyes internacionales que avalan el derecho a ser lo que cada pueblo en la tierra quiera ser. Estados pseudo-democráticos que se aferran a su pasado glorioso como potencias colonialistas son los que rompen con este derecho inalienable de los pueblos a su autodeterminación. Así, España, un país en el que abundan aún los puntos de vista ultraderechistas y fascistas, se erige en Europa como un estado agresor que mantiene sojuzgadas a tres naciones: Euskal Herria, Catalunya y Galiza.

Al ponerse de lado de un estado agresor que reprime y tortura, Vicente Fox Quezada no solo traiciona a los vascos, sino a todos los pueblos que hoy luchan por su libertad.

He pues aquí la nota aparecida hoy en La Jornada que relata las últimas horas de suplicio de los seis vascos en tierras mexicanas:

Acusados de vínculos con ETA, la PGR nunca les imputó ante jueces operaciones ilícitas para apoyar al grupo desde aquí
Gustavo Castillo García
Este jueves, con la ejecución de México de la extradición a España de seis ciudadanos vascos, terminó la llamada Operación Donosti, emprendida conjuntamente por los gobiernos de ambos países en 2002.
Al filo de las tres y media de la tarde partieron hacia Madrid los seis acusados por la justicia española, a quienes la Procuraduría General de la República (PGR) nunca imputó ante jueces mexicanos que fueran responsables de lavar dinero en México para ETA, "dar refugio seguro" a integrantes de esa organización y "capacitar a distancia" a sus connacionales en el manejo y elaboración de armas químicas.
A las 6:30 de la mañana comenzó el operativo para el envío a España de Asier Arronategui Duralde, Ernesto Alberdi Elejalde, Félix Salustiano García Rivera, Juan Carlos Artola Díaz, María Asunción Gorrochategui Vázquez y José María Urquijo Borde.
Los vascos no contaron con asistencia jurídica en la etapa final de su extradición, pues a decir de su abogada, Bárbara Zamora -quien se encuentra enferma-, no le fue notificado que este jueves sus defendidos serían eviados a España.
La primera en ser sacada de su celda para el traslado fue Gorrochategui, quien se encontraba en el centro de reclusión femenil de Santa Martha Acatitla, en la delegación Iztapalapa.
El grupo que la custodiaría, al igual que a sus cinco compañeros, hasta llegar a las instalaciones de la PGR en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), estuvo integrado por elementos de Interpol, de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
Sin embargo, antes de llegar al AICM sus custodios la condujeron al Reclusorio Norte, donde los otros cinco vascos esperaban el inicio formal de su deportación a España, donde se les juzgará por presuntos delitos relacionados con actos terroristas.
Los seis acusados, que tenían más de 10 años de vivir en el país, fueron detenidos en diversos operativos realizados en julio de 2003 por la PGR y personal de la policía española, y aunque la presencia de agentes extranjeros durante las aprehensiones siempre fue negada por las autoridades, diversos testimonios dieron cuenta de su actuación en el momento de las capturas.
Según la PGR, en julio de 2003 los seis vascos que ayer fueron extraditados "utilizaban a mexicanos en labores de logística, falsificación y financiamiento", y mantenían una "célula de ETA, conformada por nacionales españoles que huyeron de su país para evadir la acción de la justicia".
Supuestamente "la operación de esta célula tenía como propósito obtener medios necesarios para la realización de actos terroristas (explosivos, detonadores, componentes electrónicos), además de proveer de documentación ilícita a los integrantes que huyeron a América, específicamente a México, para desarrollar sus actividades en forma encubierta".
En ese entonces, la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) supuestamente tenía documentado que "la organización ETA había transmitido por México diversas cantidades de dinero".
Por ello, supuestamente desde agosto de 2002 tanto autoridades mexicanas como españolas intercambiaron información, hasta que el 17 de julio de 2003, en cumplimiento una orden de presentación, librada en el acta circunstanciada PGR/UEDO/345/2003, se ordenó la captura de los seis ciudadanos vascos, mediante operativos realizados en los estados de México, Nuevo León, Oaxaca, Puebla y Quintana Roo, y el Distrito Federal.
Para la PGR, Asier Arronategui Duralde, detenido en Monterrey, tenía la encomienda de "apoyar al grupo terrorista en los rubros logístico y de financiamiento"; Ernesto Alberdi Elejalde era "integrante de la célula de ETA en México"; Félix Salustiano García Rivera, detenido en Cuautitlán, estado de México, supuestamente tenía antecedentes en España; Juan Carlos Artola Díaz, capturado en Puerto Escondido, Oaxaca, "antes de ser detenido realizaba funciones de enlace con los mandos de la organización terrorista en Francia".
En tanto que, de acuerdo con información de la PGR, María Asunción Gorrochategui Vázquez, también detenida en Puerto Escondido, "fungió como integrante del Comando Donosti de ETA, junto con Juan Carlos Artola Díaz, su esposo; en tanto que José María Urquijo Borde, aprehendido en Cancún, Quintana Roo, "fungió como integrante de comandos liberados de ETA".
Según la historia de la PGR, los mexicanos Pedro Ulises Castro Vargas, María del Pilar Sosa Espinosa y Noé Camarillo Cantú estaban vinculados con esta "célula", y por ello permanecieron varias semanas sujetos a arraigo domiciliario. En el caso de Sosa Espinosa, la acusación que pesaba en su contra era por haber vendido artículos eléctricos por más de 100 mil pesos a uno de los supuestos integrantes de ETA.
Pero, a pesar de los supuestos actos ilícitos que habían cometido desde México, la PGR no les imputó acusación alguna, ni a los ciudadanos vascos ni a los nacionales, aunque según la dependencia federal, durante los cateos a sus domicilios se les decomisó "material y documentos relacionados con actividades terroristas, como 25 videos vinculados a las actividades de ETA y manuales de operación del grupo y para la fabricación de armas químicas, así como recibos de cuentas bancarias".
Inicialmente los seis vascos fueron encarcelados en el Reclusorio Norte, pero luego María Asunción Gorrochategui fue trasladada a Santa Martha Acatitla.
A lo largo de casi tres años, los vascos perdieron todas las instancias jurídicas, ya que, a decir de Bárbara Zamora, nunca se valoraron las pruebas de inocencia que se aportaron, a grado tal que incluso la Suprema Corte de Justicia de la Nación no entró al estudio de todo el caso.
En ese contexto, ayer, mediante un operativo en el participaron más de 60 elementos de la AFI fuertemente armados, los seis vascos fueron llevados al hangar de la PGR en el AICM. Llegaron desde las 10 de la mañana, pero fue hasta después de las tres de la tarde cuando los condujeron hasta el avión de la Fuerza Area española que los trasladaría a Madrid.
Las autoridades mexicanas los pusieron en manos de la policía española en el mismo hangar, y bajo la mirada de José de Espigares, director de Interpol España, y de funcionarios de la embajada de ese país, uno a uno fueron sometidos a exámenes médicos de rutina, se tramitó su salida de México mediante un salvoconducto, pues ninguno traía pasaporte.
Según funcionarios de la PGR, los seis demostraron en todo momento que su estado anímico era de derrota. "Casi siempre permanecieron agachados durante las diligencias y el papeleo en el aeropuerto".
"Sólo uno, antes de subir a la camioneta que los condujo a la puerta del avión se atrevió a gritar: 'que viva Euskadi. Patria Vasca Libertad'". Los demás guardaron silencio y se dejaron conducir ante la vigilancia de los agentes de la AFI, con sus armas en mano, y de los funcionarios de la embajada española y el personal de la Subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR. Los seis partieron a España con el mismo uniforme de reclusos que vistieron los últimos tres años.





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