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domingo, 25 de febrero de 2007

Ibarretxe, Ministro del Interior Español

Exacto, este es el puesto al que parece aspirar el supuesto Lehendakari vasco.

Lean este excelente escrito por parte de Carlos Tena (publicado en KaosEnLaRed) y entenderán de lo que hablo:

Un hueco en la tertulia de Tejero

Carlos Tena de inSurGente (Kaosenlared)

"Uno creía que Ibarretxe no era demasiado inteligente, sino el prototipo de estudiante mediocre, metido a político porque los de su clase están más que cotizados entre los aspirantes de jefes de gobierno (Bush, Zapatero, Prodi, Blair, Aznar, etc.), ministros o presidentes de Parlamentos. Tremenda equivocación que quiero reconocer desde estas páginas. El Lehendakari vasco ha dado una lección de radicalidad y decisión sublime, cuando ha consentido que decenas de ciudadanos hayan pasado por los hospitales de aquel país, para ser curados de las heridas causadas por la reciedumbre y valor de ese cuerpo ejemplar de policía al servicio del pueblo que se dio en llamar ERTZAINTZA, y que tantas alegrías ha proporcionado a la extrema derecha españolista en los últimos tiempos, para satisfacción y gozo de quienes admiran esta forma de actuación tan heroica(...)".

Ahí es nada masacrar a gente de cualquier sexo, edad y condición, por el aberrante hecho de manifestarse a favor de la paz. No se puede consentir. Ibarretexe lo sabe y ha querido ponerse a la altura de las circunstancias, es decir, imitando las maneras y buenos modales de Francisco Franco, José Maria Aznar, Pinochet o Videla, lanzando a sus mesnadas de la boina roja (como la de los falangistas de José Antonio Primo de Rivera) a la caza y captura de ciudadanos reunidos para pedir, alto y claro, que el proceso de paz no se detenga. Y eso es una ignominia, un sin sentido que ha de ser erradicado de las conciencias del todos los buenos vascos, es decir, de los que no se manifiestan excepto cuando lo mandan desde Madrid.

Ibarretexe se ha colocado donde nadie antes soñó ubicarle, Ya tiene un hueco en la tertulia del ex teniente coronel Tejero, o bien jugando al mus en casa del ex general Galindo, al dominó en el pazo de Fraga (que le podría dar lecciones de cómo asesinar obreros a la puerta de las iglesias vascas), o tal vez en el chalet de Vera, o en el de aquel inteligentísimo ministro llamado Corcuera, que con toda la razón se inventó lo del zapatazo en la puerta para cazar rojos indeseables,

Ibarretexe se ha cubierto de gloria. Ahora ya puede caminar por las calles del País Vasco con la cara bien alta, o ir a Washington para abrazar a su compañero Bush y aprender cómo serán sus pasos futuros a la hora, no ya de golpear, masacrar y disparar a los ciudadanos inermes, sino de estudiar las últimas técnicas de tortura en Irak, en la base de Guantánamo, desplegando a su ERTZAINTZA querida para que Euskadi no se parezca ni de lejos, a Irlanda, sino a Nueva York, Melilla, Bogotá, Madrid o México.

Ibarretxe no era un mediocre, como decía Felipe González (otro de los más inteligentes especimenes de la España del siglo XX), sino un auténtico genio de la política que, por fin, ha demostrado su valor y sensibilidad ante un problema tan grave como el que plantean los independentistas reclamando diálogo.

Desde esta página pido para el brillante Lehendakari, humilde pero firmemente, la medalla, la del Mérito Militar, a ser posible, o la máxima condecoración de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, para satisfacer las peticiones en este sentido, miles de ellas, que sin duda hoy inundan las calles de Donostia, Bilbo y Gasteiz.

Ibarretxe ya puede, incluso, proponerse a Zapatero como ministro del Interior en un futuro gobierno español. Le sobran condiciones, voluntad, firmeza y talante para conversar... con las armas en la mano. Como un moderno demócrata.


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