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martes, 3 de abril de 2007

¿Qué Dijo Voltaire?

Ayer vinieron por los gudaris, yo me he callado, pues yo no soy gudari. Después vinieron por los batasunos...

Este artículo le va a agradar mucho a los muy dados a citar citas citables.

Apareció en El Correo Digital:

Voltaire y los vascos

Henrike Knörr | Catedrático de Filología Vasca (UPV-EHU) y Director de Investigación en Euskaltzaindia

Siempre me ha sorprendido la ligereza en la mención de frases famosas cambiando el texto (a veces con cambios drásticos) y atribuyendo la cita a otra persona. Todo el mundo ha oído o leído la mención de aquel poema cuyas primeras líneas dicen: «Cuando los nazis detuvieron a los comunistas,/ yo me he callado,/ pues yo no soy comunista ». Muchas veces (¿la mayoría?) el poema resulta atribuido a Bertolt Brecht. Pues no. Ese poema es de Martin Niemöller (1892-1984), teólogo protestante alemán. Después de saludar entusiasmado la llegada al poder de Hitler en 1933 (le parecía «la resurrección nacional»), pasó a ser un ardiente opositor del nazismo, lo que le llevó a los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau, y a punto estuvo de ser ejecutado en el Tirol meridional.

La misma ligereza ocurre con una frase célebre que normalmente se cita mal, aunque la mayoría de las ocasiones se acierta al menos con el autor, Voltaire. La última vez que he leído esa frase desfigurada ha sido en un artículo del excelente escritor valenciano Joan F. Mira, en el diario barcelonés 'Avui', el pasado 27 de enero. A raíz de un viaje hecho por Vasconia, Mira escribió un artículo titulado 'Bascos, muntanya'. No me detendré ahora en algunas opiniones que Mira expresa, por ejemplo, acerca de la llamada izquierda abertzale; el comportamiento y consignas de Batasuna, dice, se parecen mucho a las maneras de hacer política que se estilan en Europa Oriental y más allá, en el Cáucaso. Dejaré éste y otros asuntos e iré a la cita que venía en el artículo.

He aquí las palabras de Mira, traducidas al castellano: «Un escritor francés del tiempo romántico, no recuerdo quién, definía a los vascos como 'un pueblo que canta y baila en las cimas de los Pirineos'».

Sí, el escritor era francés, pero no del tiempo romántico. Y la cita no es exacta (como en el 99% de las veces en que se menciona). El escritor es Voltaire (1694-1778). En 1768 publicó un cuento filosófico, 'La princesa de Babilonia', interesante, aunque poco leído. Voltaire nos lleva a una época remota, a los siglos XV-XIII antes de Cristo, anteriores a la Guerra de Troya. Pues bien, hacia el final (página 171 de la primera edición), escribe (guardamos la grafía original): «Je puis vous aider de deux mille hommes très-sobres et très-braves; il ne tiendra qu'à vous d'en engager autant chez les peuples qui demeurent, ou plutôt qui sautent au pied des Pirénées, et qu'on apelle Vasques ou Vascons» («Yo os puedo ayudar con dos mil hombres muy sobrios y muy valientes; solamente a vos corresponderá contratar otros tantos en los pueblos que habitan, o mejor que bailan al pie de los Pirineos, y que se llaman vascos o vascones»).

He aquí la dichosa frase, para cuya comprensión hay que tener en cuenta que el verbo sauter significa aquí 'bailar', y así aparece en los buenos diccionarios franceses.

Los vascos salen en otros pasajes del cuento, y también relacionados con la música. Por ejemplo, en la página 172 encontramos estas palabras: «Bientôt une troupe fiére et joyeuse de Vascons arriva en dansant un tambourin» («Pronto un grupo orgulloso y alegre de vascones llegó bailando con un tambor vasco»). Aquí debe precisarse que 'tambourin' significa en los buenos diccionarios, como en el Robert, 'tambor vasco'. Y la valentía y arrojo son características de nuestros paisanos en otro pasaje, por ejemplo en la página 172: «Les Vascons dirent qu'ils en avaient bien fait d'autres -es decir: expéditions-, qu'ils battraient tout seuls les Egyptiens, les Indiens et les Scythes, et qu'ils ne voulaient marcher avec les Espagnols qu'à condition que ceux-ci seroient à l'arrière-garde» («Los vascos dijeron que habían hecho otras -o sea, expediciones-, que derrotarían solos a los egipcios, a los indios y a los escitas, y que no querían marchar con los españoles excepto si éstos estuvieran en la retaguardia»). Y en otros tres pasajes aparecen los vascos, siempre alegres y amantes de la música. Pero en ninguna parte asoma esa frase archirrepetida de que hablábamos antes y que también recogió mi buen amigo Joan F. Mira.

¿Dónde y cómo llegó a Voltaire noticia de los vascos? No lo sabemos. Hay que suponer que fue por medio de sus innumerables lecturas y sus viajes. Aquel hombre inteligente apuntó lo que oía y leía, y, por lo que toca a este cuento, siempre pensaba en las andanzas del héroe Orlando (nuestro Errolan) de los poetas italianos Boiardo (1434-1494) y Ariosto (1474-1533).

Ya es hora de que cuando mencionemos a Voltaire, la cita sea correcta. A cada uno lo suyo.


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