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miércoles, 16 de enero de 2008

Mantener Voluntad de Diálogo

Aquí tenemos el premio al asesor internacional más inocente del mundo. Este bien intencionado individuo aún confía en que hay algo de bondad en el corazón de Rodríguez Zapatero y le aconseja no cerrar las puertas al diálogo y a la negociación.

Que bueno por él, necesitamos a más gente buena en este mundo. Pero desde acá sabemos que mientras el conflicto político vasco le reditúe votos al binomio PP-PSOE nunca habrá una verdadera apuesta por la paz por parte de la clase política española.
Aquí tienen la nota aparecida en Gara:


Philip Pettit, uno de los 14 expertos internacionales que asesoran el programa electoral del PSOE, se muestra contrario a cerrar todas las puertas a la negociación «cuando lo que está en juego es la paz».

GARA

En estos momentos en que el Gobierno español está apostando claramente por la vía represiva y el hostigamiento al independentismo vasco, Philip Pettit, uno de los 14 expertos internacionales que asesoran al PSOE en la elaboración de su programa electoral de cara a la cita del próximo 9 de marzo, ha expresado su posición favorable al diálogo y la negociación. Lo hace en su libro «Zapatero a examen», donde afirma que «la muestra de voluntad de diálogo» con ETA «puede ser beneficiosa a largo plazo». En ese mismo capítulo, además, critica la política de dispersión y aislamiento a la que es sometido el Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK).

Pettit, filósofo creador del concepto de «republicanismo cívico» o «socialismo de los ciudadanos» en que se inspira la política del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, defiende en la citada obra que «no sólo era correcto» que el Ejecutivo del PSOE mantuviera conversaciones y negociara con la organización armada vasca, sino que «la muestra de voluntad de diálogo puede ser beneficiosa a largo plazo». Lo argumenta asegurando que esa actitud podría provocar que «ETA lo tenga más difícil a la hora de reclutar nuevos miembros para el servicio activo de la banda».

El catedrático irlandés resalta que, cuando una organización armada como ETA «cuenta con algún respaldo en la comunidad de la que surge», el intento de vencerla por la vía de las armas y la fuerza, «sin ni siquiera considerar la posibilidad de diálogo, lo único que producirá es que a menudo se consiga reclutar más miembros para sus filas».

Este filósofo, según se desprende del libro, es partidario de hablar con quien haya que hablar, en cualquier ciscunstancia, de cara a resolver un conflicto y alcanzar la paz. De hecho, considera que la «posición moralista» de declarar que «nunca se hablará con hombres y mujeres que usan la violencia» está «fuera de lugar cuando lo que está en juego es algo tan importante como la paz con y entre las comunidades autónomas». Y sentencia: «En ocasiones un gobierno se ve obligado a cenar con el diablo».

«Sin riesgo de balcanización»

Pero no sólo censura el hecho de que se cierren todas las puertas al diálogo, la negociación y el acuerdo, también una medida tan excepcional como la dispersión. «Tal vez haya motivos de seguridad para justificar dicha práctica, pero entonces deberían explicarse públicamente para poder justificarla», indica Pettit, al tiempo que añade que «tenemos pruebas de que cuanto más cercano sea el contacto de los reclusos con sus familiares, más probable será su rehabilitación».

En el libro, el filósofo irlandés también se refiere al tan mentado por algunos riesgo de «balcanización» en el Estado español. Una preocupación que, a su juicio, «nace de la fantasía», sobre todo a raíz de la entrada en la Unión Europea. Tras asegurar que «España estaría mejor si se aceptara de entrada el hecho de que se seguirán produciendo varios ajustes y acomodos en el futuro» y considerar algo normal las demandas de más autogobierno de las naciones sin estado, señala que «ninguna comunidad autónoma que valore la pertenencia a la Unión Europea puede aspirar de forma realista a la independencia».

Y es que, según destaca, los gobiernos de la UE, «temerosos de fomentar la posibilidad masiva de dichas secesiones», no la aceptarían como miembro. Y achaca al PP la difusión del temor al «fantasma de la balcanización» porque «invocarlo hace que parezca adecuado adoptar una política alarmista».

La obra de Pettit responde a una petición que le hizo el propio José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 de que examinara su Gobierno en términos de su cumplimiento con el «socialismo de los ciudadanos» o «republicanismo cívico» que defiende el profesor irlandés. En el libro, el autor explica que ese «republicanismo» se define por «un valor político supremo: la libertad como no dominación y un principio último de gobierno: el de igualar y maximizar el disfrute de tal libertad por parte de la ciudadanía».
Lo que hay que aconsejarle a Zapatero es que tenga respeto a la voluntad de los pueblos español y vasco, respeto al socialismo que dice profesar, respeto a los tratados internacionales, respeto a los derechos humanos y garantías civiles de los ciudadanos vascos, respeto al quehacer político y ultimadamente, respeto a la memoria de su abuelo.
Además, la "balcanización" per se no es algo que temer, los aspectos positivos de la misma son que los pueblos esloveno, croata, bosnio, macedonio y montenegrino han tenido la oportunida de librarse del yugo y hegemonía político-militar de Belgrado. Los aspectos negativos, la guerra, la violencia étnica, la destrucción del acervo cultural de los pueblos sin estado, esos sólo se pueden presentar si en este caso Madrid decide apostar por continuar su dominación colonial de Euskal Herria, Catalunya, Galiza y las Isla Canarias. Madrid es quien tiene los tanques, a los pueblos apresados dentro del monolítico estado español solo les queda la palabra, el diálogo y la negociación.

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