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lunes, 7 de abril de 2008

Vergüenza

Hace unos días compartíamos un escrito de Koldo Campos con respecto a lo alucinante que resulta el que la España del monstruo bicéfalo PP-PSOE esté recriminando a Turquía por la ilegalización de un partido político, hipocresía pura pensarán los que sepan que el reino borbónico ha desmantelado a Batasuna, ANV y EHAK.

Pues bien, al respecto inSurGente ha publicado este artículo:



Sentimiento de vergüenza

Manuel F. Trillo

Es irremediable el sentimiento de vergüenza cuando hay acontecimientos que acongojan el alma.

En Turquía –Marx escribió sobre Turquía y España con asombro poniéndolas en el mismo plano- se acaba de aceptar a trámite la ilegalización del partido que está en el Gobierno. Esto es inaudito, risible y, sobre todo, muy vergonzoso. Preguntemos al vasco Ramón Jáuregui si le parece lógico –lógico, estúpido- si esa decisión del Tribunal Constitucional turco es aceptable desde sus parámetros de mentiroso compulsivo. ¡¿Por qué el Estado tiene que soportar y alimentar a estos cafres?!, connivente con el terrorismo de Estado (GAL + GAL = admiración por Gal+lindo). ¡Qué vergüenza, pero para Turquía!, dirán los espabilados del sistema, los meapilas ideológicos de la democracia y de las votaciones a toda costa, los que se acuestan con democracia y se levantan con el padrenuestro que ilegaliza partidos políticos que no han cometido –hasta la fecha- delito alguno, salvo los que inventan la Audiencia Nacional y el Ministro de Justicia de turno, o del Interior, ¡qué importa!

Nada hay bajo el sol de los tribunales, pues los islamistas y los kemalistas se enfrentan a muerte en Turquía; aquí sabemos de ilegalizaciones de partidos y agrupaciones electorales sólo porque llevan el “pañuelo” independentista. ¡A muerte! gritan los españolistas, y ¡a muerte! gritan los independentistas vascos. Así que entre grito y grito los hay que viven de muerte, como las empresas de seguridad y guardaespaldas y otros allegados y chupatintas y vampiros del sistema. Los políticos del PSOE y las barraganas de la ultraderecha viven estupendamente con el grito de que “viene el coco”. De peticiones de ilegalización de partidos en España sabemos algo, así que podremos asesorar a Erdogan y a sus compinches para que no ilegalicen al partido, en este caso el partido gobernante. ¿Os imagináis que aquí se ilegalizara al PNV o a PSOE? Alguno dirá que eso no es posible, y yo les recuerdo que eso fue posible y será posible si alguien se empeña en ser como Millán Astray.

Siento una gran vergüenza porque no puedo explicar congruentemente la diferencia que hay entre ser terrorista y no ser terrorista. Antes eran terroristas los que estaban en la lista de terroristas de la UE, y de los EEUU. Pero alguien me dijo que eso lo tiene que decidir el poder judicial, pues el delito de terrorismo se ventila no ante el Poder Ejecutivo, sino ante los tribunales. ¡Bien!, me dije, hay alguien fino en este país. Y ahora resulta que esa misma persona me enseña un recorte de prensa en el que se afirma que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) decide que el PKK no es una organización terrorista, que tampoco lo son los Muyaidines del Pueblo de Irán y que tampoco lo es la organización Al-Aqsa, y así… sigue la bola.

El Consejo de Europa ha afirmado que la UE y la ONU han errado en los procedimientos para la declaración de enemigos terroristas, y que su inclusión como tales enemigos “ha sido completamente arbirtaria”. En la actualidad tienen a la organización Hamas en Palestina y a la organización armada vasca ETA. Cuánto tiempo habrá que esperar para que corrijan sus mentiras y sus propios dictados, y acepten lo que realmente establece la Carta Universal sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos.

Siento vergüenza porque en el festival del glamour muy glamouroso en Málaga resulta que se presenta un discurso cutre y pegajoso, que se puede resumir en esta declaración del ministro turco de Justicia sobre la decisión del TUE de considerar al PKK una organización “NO” terrorista, por tanto independentista y combatiente por la libertad de su pueblo. Veamos lo que dice el ministro turco que acusó al tribunal de minar los esfuerzos contra el terrorismo, que es muy parecido a lo que quiere mostrar Gutiérrez Aragón en el peliculón de las cocochas: “Los jueces deberían pensar dos veces antes de decidir algo que va en contra de la lucha internacional contra el terrorismo. Tendrían que haber venido a Turquía y escuchar todas las amenazas, pero, obviamente, deliberaron desde sus casas, donde no existen los riesgos que supone el terrorismo". Es decir, donde no están amenazados. Y la cuestión es: ¿la justicia es más o menos si hay más o menos amenazas? Donde no se comen cocochas no hay peligro, y los jueces del TUE no comen marisco. La Justicia sometida a la vergüenza de un comentarista glamouroso en el festival de cine de Málaga y un ministro turco de justicia. Basta con que uno diga este vecino es un terrorista, para que sea un terrorista, y que lo lleven preso y lo aniquilen. Y aquí estamos todos invitados.

Siento vergüenza por el papel que ha hecho ese botarate de Jesús Eguiguren, el interlocutor del PSOE y del Gobierno durante la tregua pasada en el País Vasco. Sus mentiras no convencen ni a los lectores del periódico en donde hace sus declaraciones. Por otro lado, ese “stritís” con culo –intelectual- al aire, ese modo de pedir disculpas por un fracaso, y presentándose como un fracasado para que le den leña a él, y no a Zapatero, aunque le honra por leal, no deja de ser absolutamente patético e inútil; ese “stritís” pretende ser un bálsamo ante la investidura del nuevo Gobierno y es a la vez un modo de pedir perdón a la ultraderecha de Fraga y Rajoy. Ese periódico podría haberse ahorrado la tinta, pues tonterías como las que cuenta el correveidile inútil del PSOE se le ocurren incluso a los peluqueros que acaban como dirigentes de asociaciones auveteras. El cuento del engaño es tan infantil que se ríen hasta los niños. Nadie a estas alturas se convierte en un comemierda porque lo diga el chico de los recados del Gobierno de Zapatero. Hubo tregua y no mataron. Hubo tregua y el Gobierno encarcelaba e impuso en el 2006 la “doctrina Parot”, y el ministro Aguilar inventó nuevos delitos para que no salieran de la cárcel los que ya tenían que estar fuera… Y Jesusito a su bola… de intermediario necio.

Siento vergüenza porque hay un conflicto sindical en el que los trabajadores piden más salario, pero resulta que nos enteramos de que no piden más salario porque en realidad buscan más y mejores medios para ejercer su profesión como funcionarios del Estado. Ah, no era más salario, y uno se queda boquiabierto, porque resulta que cuando les ofrecen el incremento salarial que pedían el conflicto se acaba. ¡Era el salario, no el funcionamiento del sistema judicial! Y me parece de perlas que se reclame incremento salarial –en 20 años los funcionarios han perdido el 25% de poder adquisitivo, así que deberían de estar cobrando 250 €/mes por cada 1.000 €- pero que no se mienta y no se engañe al personal, porque ya está bien de mentiras. Un trabajador es digno gane mucho o poco, pero es mucho más si cobra lo que le corresponde como trabajador sin trampa ni cartón. Pues sin trampa ni cartón a los funcionarios les debieran de pagar los 250 € de marras, pero –por favor- no disimulen. El conflicto de los funcionarios de Justicia es por el aumento de salario, lo demás son zarandajas.

Siento vergüenza de quienes se hacen eco de las palabras de una esposa despechada y que con aires de virgen normanda viene a reclamar sangre y cuerpo de aquel muerto en tales circunstancias. Todos los días durante decenios cuatro mujeres eran viudas por mor de los accidentes en los tajos. Pero hay algunas que creen que son más viudas porque a su marido –muerto durante la jornada laboral- le descerrajaron un tiro en la frente. En la Costa del Sol y en la costa levantina los muertos por armas de fuego son numerosos, las viudas entierran a sus muertos y guardan silencio. Pues ha pasado el tiempo de las plañideras, más aún cuando ya las tales viudas ya tienen otros entretenimientos, pues el tiempo no pasa en balde. Y también digo que siento vergüenza por la imagen que ha dado la hija del socialista de Arrasate muerto a tiros, pues nunca entendí a qué venían sus sonrisas durante el entierro de su padre (miren las imágenes del momento). La discreción y el recogimiento es una obligación en ocasiones, aunque la ocasión la pinten calva para buscar alguna cosa provechosa, pues todos sabemos que una vez que el muerto está en el hoyo “el vivo se va al bollo”. Con todo, ha sido un muerto gratuito, un sinnada, pues salvo procurar las contradicciones entre propios y ajenos, de nada sirve que haya más sangre, pues si alguien ha de pagar alguna deuda que sea el deudor, no un vicario, dado que se puede llegar a perder la razón que asiste a quienes avanzan muy lentamente hacia la independencia de las tierras vascas.

Siento vergüenza de esos sapientísimos izquierdosos de salón que ahora pierden tiempo y palabras en blogs y webs de tres al cuarto incendiándose en hogueras que no son de Prometeo –qué más quisieran- sino en la hoguera de las inquisiciones vanidosas en que se insultan y se estupidizan un poco más cada día. Éstos que no dan nunca razón alguna más que a su propio pensamiento y a sus obsesiones sin resolver nunca jamás una sola cuestión relevante. Distraídos con sus cachorros se pierden entre los rosales de Luxemburgo. Cuando se mira sus biografías se aprecia que no movieron un dedo sin que antes se les pagara o se les prometiera pago alguno. Todos ellos tienen dónde caerse muertos. Siento esa vergüenza propia de los extraños al festejo, cuando todos bailan como osos en el centro de la pista, pues no creo que su nombre ni sus descendientes tengan nunca mejor destino que el desprecio.

Decía el suegro de Paul Lafargue que la vergüenza y el sentimiento de vergüenza son en sí mismos revolucionarios. No estoy yo muy seguro de esa aseveración marxista, pero sí sé que al menos es humano, y eso nos diferencia a algunos. Revolucionario o no, lo cierto es que se produce sin que lo llames, que basta con que haya alguien que haga el ridículo por todos y por todo en un solo segundo. Eso es lo que les ocurre a Zapatero y a sus mariachis, y a la UE y a sus subordinados. Eso es lo que ocurre con los de la calle y con los propios, y de ese modo uno se va en silencio para no tener que soportar tanta incuria. ¡Qué vergüenza!


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