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domingo, 13 de mayo de 2012

Por Algo son Presos Políticos


La prensa internacional ha cerrado filas con el Ministerio de Propaganda Borbónico-Franquista y han hecho eco de la versión "disminuyen condena a separatistas vascos" en lugar de hacer ver como en pleno siglo XXI en un estado considerado democrático existen presos políticos.

Aquí este texto publicado en Gara donde nos recuerdan que la estrategia de criminalizar la actividad política no es nada nueva, sin mas bien al contrario:

Encarcelar a líderes disidentes para intentar impedir cambios políticos es una práctica muy antigua y extendida por el mundo... pero también muy estéril. Irlanda, Sudáfrica, Cuba, India, Timor o Birmania son algunos ejemplos de que mandar a prisión a los rivales políticos solo ayuda a fomentar su liderazgo en sus comunidades y, a la larga, también a darles un plus ante sus rivales. No pocos de ellos terminaron recogiendo el Nobel de la Paz.
Ramón Sola
Son presos políticos y políticos presos a la vez. En el mundo hay muchos y muy insignes casos en las últimas décadas. En esta parte de Europa, bastantes menos. El de Arnaldo Otegi adquiere por ello un relieve especial ante la comunidad internacional, y también por la reiteración de la persecución. Ninguno de todos los políticos que se citarán a continuación ha sido detenido y encarcelado tantas veces. Y tampoco en periodos tan clarificadores. A Otegi y sus cuatro compañeros se les condena ahora a seguir en prisión en un momento histórico en el que ETA ha abandonado una trayectoria de lucha armada de más de cuatro décadas ininterrumpidas. Pero ya antes fue encarcelado justo días después del alto el fuego que abría oficialmente el anterior proceso de negociación (marzo de 2006), y otro tanto ocurrió nada más cancelarse ese intento (junio de 2007). Se le envió a prisión igualmente en mayo de 2005, cuando el conflicto armado había entrado en una clara ralentización prenegociadora. Y antes, en 1987 y 1991 -entre medio salió por un recurso-, pisó la prisión acusado de pertenencia a ETA. En total, pues, seis encarcelamientos.
Hay un par de denominadores comunes en los casos de líderes políticos encarcelados: por un lado, la represión tiene el efecto lógico de fortalecer su referencialidad -y con ello su liderazgo- ante su gente. Por otro, el paso por prisión deja una huella añadida en el imaginario popular que les otorga cierta ventaja ante sus adversarios; se les pretende presentar como delincuentes -y muchas veces como «terroristas»-, pero pasan a la Historia como líderes -y habitualmente como héroes debido a su propio sacrificio y ejemplo personal-.
Este recorrido histórico podría empezar por Vladimir Ilich Lenin, por ejemplo, y podría también llegar a más rincones del planeta, pero la extensión del fenómeno obliga a acotarlo a las últimas décadas y algunos ejemplos más referenciales. No comparten ideologías ni modos de actuar, pero sí liderazgo y haber conseguido que sus encarcelamientos tuvieran efecto bumerán.
Sudáfrica
El penal de Robben Island se ha convertido en icono mundial de la represión política. Allí pasó la mayor parte de sus 27 años seguidos de cautiverio Nelson Mandela, desde 1962 hasta 1990. En realidad había sido otro encarcelamiento anterior -en 1956, por acciones de desobediencia civil no violenta- el que le convirtió en adalid del movimiento anti-apartheid. Al salir, en 1961, fundó y lideró Umkhonto we Sizwe (La Lanza de la Nación), grupo que practicaba la lucha armada, y fue encarcelado de nuevo. El Congreso Nacional Africano lo convirtió en bandera de su causa a partir de los años 70, y sobre todo en los 80, con su número de preso como símbolo: 466/64. Su figura inspiró canciones y películas. Toda esta presión desembocó en su excarcelación en 1990, pero ya era tarde para frenar la caída del régimen racista. Mandela lideró aquel proceso como presidente de Sudáfrica entre 1994 y 1999, fue Nobel de la Paz en 1993 y tiene 250 reconocimientos internacionales más.
Irlanda
El movimiento republicano irlandés tiene dos referentes nítidos, ambos labrados en prisión. Gerry Adams entró allí por vez primera en 1972, cuando acababa de casarse y tener un hijo. Realmente fue encarcelado en el Maidstone, un barco de guerra-prisión británico. Salió pronto, pero fue encarcelado también de 1973 a 1977 y en 1978, en esta ocasión en Long Kesh. La cárcel no frenó su proyección política; al contrario, a su salida pasó a ser vicepresidente de Sinn Féin, y luego presidente desde 1983, cargo desde el que impulsó, firmó e implementó el proceso de paz. Adams había salido de la cárcel impresionado por la protesta de «los hombres de la manta», que reivindicaban su estatus político desnudos y en huelga de higiene. La protesta derivaría dos años después en la huelga de hambre que se llevó la vida de diez activistas del IRA. El primero, Bobby Sands, acababa de ser nombrado miembro del Parlamento británico ganando las elecciones. Margaret Thatcher declaró tras su fallecimiento que «el señor Sands era un criminal convicto», pero en su funeral participaron 100.000 personas y su memoria y ejemplo se convirtieron en indestructibles.
Palestina
La figura de Yasser Arafat fue polémica entre los suyos, pero recabó mayor unanimidad en la recta final de su vida, desde que fue «encarcelado» por el Ejército sionista en su residencia de la Muqata desde 2001 hasta que murió en 2004. A día de hoy, probablemente el líder más popular de la causa palestina también es un preso: Marwan Barghuti, dirigente de Al-Fatah pero con amplias simpatías también entre Hamas. Está encarcelado desde 2002, tras liderar la Primera y la Segunda Intifada. Israel se ha negado siempre a excarcelarlo, también en el reciente canje a cambio del soldado Shalit por el que sí han salido a la calle un millar de presos palestinos. Pero con ello solo ha logrado que la adhesión popular crezca.
Cuba
«La historia me absolverá», dijo Fidel Castro cuando fue condenado a prisión en 1953. Resulta evidente que se quedó muy corto. Castro fue indultado por la presión popular, combatió al régimen de Batista desde las montañas, triunfó y sigue siendo referencia revolucionaria mundial 60 años después. El encarcelamiento por el ataque al cuartel Moncada tuvo el efecto contrario al que buscaba el régimen de Batista. El mismo Castro lo había predicho en su discurso previo al asalto frustrado: «Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante».
India
Mahatma Gandhi se convirtió en líder del movimiento por la independencia de la India tras haber sido encarcelado varias veces. Su influencia moral terminó ganando la batalla a través de una estrategia de resistencia no-violenta. Su impronta histórica es muy alta. Fue nominado al Nobel cinco veces entre 1937 y 1948, aunque nunca se le otorgó.
Timor Oriental
El líder independentista Xanana Gusmao fue encarcelado y condenado de por vida en 1993 por el Gobierno indonesio. Allí fue visitado por representantes de la ONU y por Nelson Mandela. Se le liberó en 1999, pero ya era tarde para frenar la independencia del país. Hoy es su primer ministro.
Birmania
Aung San Suu Kyi, líder de la oposición a la dictadura militar birmana, ha sido una de las disidentes más presentes en la esfera internacional en estos años. El régimen cayó en 2011 y ahora es parlamentaria. Antes sufrió arresto domiciliario casi continuo de 1989 a 2010. Fue Nobel de la Paz en 2001.
Nicaragua
Daniel Ortega fue encarcelado en 1967 por las actividades guerrilleras del Frente Sandinista y exiliado después, fue ganando apoyo popular hasta liderar la caída de Somoza. Ha sido presidente entre 1985 y 1990, y de nuevo desde 2007 hasta la actualidad.
República Checa
La fama de disidente del intelectual Vaclav Havel se disparó cuando fue encarcelado en 1979. Quedó libre en 1984. Cinco años después, tras la caída del muro de Berlín, pasaba a ser presidente de Checoslovaquia primero (1989-1992) y de la República Checa después (1992-2003). Murió el pasado mes de noviembre.
Kurdistán
«Terrorismo» y «separatismo» son también los cargos por los que está encarcelado el máximo líder político del independentismo kurdo. Abdullah Ocalan mantiene su referencialidad y su iniciativa desde la cárcel. Fue condenado por Turquía a cadena perpetua y está recluido, como Mandela, en una isla: Imrali. Sigue presidiendo el PKK.
La denuncia de la condena llega a ser «trending topic» mundial
La solidaridad con los cinco condenados se ha hecho un hueco importante en la red. Desde las 21.00 del viernes, el hastag #freeBateragune5 fue sumando apoyos hasta convertirse en trending topic (TT) mundial en Twitter, un objetivo alcanzado y superado a los pocos minutos de su publicación.
La iniciativa social sirvió para aglutinar las criticas contra la sentencia emitida por el Tribunal Supremo español, y para mostrar un amplio abanico de mensajes solidarios, llegados desde diferentes puntos del planeta. A este respecto, cabe destacar que el citado hastag fue el TT más repetido a lo largo y ancho del Estado español.
El mensaje de los comentarios, difundidos en gran medida por ciudadanos vascos y catalanes, estaba copado por dos ideas: la demanda de puesta en libertad de los acusados y el apoyo a la soberanía vasca.
Por dar algunos ejemplos, Rafa Larreina (Amaiur) afirmó que Madrid no podrá parar al independentismo vasco; Joseba Permach reivindicó democracia para Euskal Herria; y el director de GARA, Iñaki Soto, exigió la liberación de los cinco porque «sin su aportación» política el nuevo escenario no habría sido posible.
Medio centenar de mujeres unidas contra la condena
Más de 30 mujeres, vinculadas a diferentes ámbitos políticos, se dieron cita ayer en Donostia para denunciar la «injusta condena» impuesta por el Tribunal Supremo a Arnaldo Otegi, Rafa Diez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez.
En una rueda de prensa, donde estuvieron Jone Goirizelaia, Rebeka Ubera, Rafaela Romero y Ainhoa Aznarez entre otras muchas, recordaron que defender unas ideas por vías democráticas y pacíficas no constituye un hecho delictivo, frente al dictamen de la Justicia española.
A este respecto, las firmantes criticaron que la sentencia del TS «parte de la idea preconcebida de que todo es ETA. Pero eso está al margen de lo probado, tal y como reconoce el voto particular».
Para acabar con esta situación represiva y avanzar en la consecución de la paz, las mujeres reunidas en la capital guipuzcoana exigieron la puesta en libertad de los acusados. «Queremos que se les devuelva la libertad para llevar adelante su proyecto de vida, su proyecto político», añadieron. Un proyecto político que «ha posibilitado lograr el escenario» que hoy vive Euskal Herria, según recordaron con esta iniciativa.


Por cierto, los Indignados españolitos han celebrado los grandes triunfos de su movimiento... y aún no hay declaraciones ni acerca del caso Bateragune ni acerca del inmovilismo por parte del régimen español con respecto al panorama abierto a finales del año pasado en Euskal Herria. El día que lo hagan, serán Indignados españoles, no españolitos.







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