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domingo, 2 de diciembre de 2012

Perdidos y... ¿Encontrados?

Hace ya algunos años en uno de los foros que se crearon para acercar a los vascos de la diáspora dispersos por todo el mundo se lanzó una pregunta: ¿Dónde están los niños vascos que fueron evacuados a Rusia durante la invasión fascista a la República de Euskadi?

En el libro "The Guernica Generation" the la vasco-estadounidense Dorothy Legarreta se dedicaba todo un capítulo acerca de los niños y niñas que fueron a refugiarse a Rusia para después tener que ser evacuados nuevamente ante el embate del ejército nazi. 

En el foro en cuestión nadie supo responder. Pues bien, años después nos enteramos que no estaban perdidos, pero que desafortunadamente corrieron la misma suerte que los que fueron a Inglaterra, terminaron por volverse españoles, lean ustedes esta nota publicada en Deia:


El Centro Español de Moscú, con mayoría originaria de Euskadi, puede cerrarse si no recibe ayuda
Iban Gorriti
En estos días en los que los desahucios son noticia cruel, una más podría darse en Moscú. El centro español de los niños y niñas de la guerra exiliados a la antigua URSS está pasando por sus peores momentos desde 1946, según han informado a DEIA sus ocupantes. Por este local ubicado en una zona céntrica moscovita pasaron en su día los comunistas Dolores Ibarruri Pasionaria o Luis Balaguer. Hoy, sus usuarios temen lo peor. Si en 2013 no pueden pagar las deudas, les clausuran el local. Por ello, han solicitado ayuda al Príncipe de Asturias, al Defensor del Pueblo y a empresarios.
El Soviet cedió las instalaciones, de aproximadamente 300 metros cuadrados, al PCE en 1965. Tras estos 47 años, el Centro español ha perdido sus subvenciones. El propio Imserso se la negó el año pasado. Portavoces del colectivo aseguran que el Gobierno vasco les prometió 10.000 euros.
Todo ello ha obligado a que las cuotas anuales de sus alrededor de 700 socios se hayan duplicado este año hasta los 125 euros. El centro, con mayoría de oriundos vascos en su listado de exiliados, debe hacer frente a un alquiler del Ayuntamiento de Moscú por su uso que se eleva a 670 euros mensuales. A este gasto hay que agregar otros generados por la utilización del inmueble.
Estos niños y niñas octogenarios y nonagenarios han pasado de sentirse mimados como héroes a ver que pierden su centro de reunión, donde tienen servicio de bar, juegan a las cartas, tocan música o bailan. La ayuda ministerial española en 2009 fue de 4.900 euros. La del Gobierno vasco, según se prevé, de 10.000, pero "aún no ha llegado", lamenta vía telefónica Nicolás Gregorio.
Es uno de aquellos niños a los que el Gobierno de Euzkadi embarcó en busca de un destino en paz en plena Guerra Civil. Lo vivieron entonces como entona la popular canción de Kaxiano: Itsasontzi baten, Euskal Herritik kanpora naramate eta ez dakit nora. A bordo del barco Habana, el niño bilbaino Nicolás Calixto Gregorio comenzaba un viaje sin saber ni comprender a dónde. El vapor puso rumbo a Burdeos. En ese momento, sin preverlo, su familia quedó segregada para siempre. Aquel mozalbete tuvo que esperar 31 años para volver a abrazar a su madre, aunque solo por unos días.
Año 1937. Puerto de Santurtzi. El joven nacido el 14 de octubre de 1927, aturullado entre tanta confusión, decía adiós con su mano a su tronco familiar que quedaba atrás. El hijo del carpintero salmantino Manuel Gregorio y de la ama de casa Josefa Rodríguez, de Zamora, soltaba amarras, dejaba atrás una guerra incivil. Aún hoy, recuerda imborrable la despedida de su madre y una hermana en el atracadero. Tenía nueve años. "Lloramos pero nos consolaban con que iba a ser para unos meses y mira… ha sido toda una vida. Nos sacaron mientras bombardeaban Bilbao", evoca Nicolás.
Ataques
El de la calle Tendería almacena imágenes perennes de aquellos ataques aéreos fascistas contra la población civil. "Un día iba yo por la calle San Francisco, a la altura del cine Vizcaya de entonces. Al ir a cruzar por un puente que por abajo pasa el ferrocarril, vi caer una bomba a un lado. En esos días sonaban las sirenas, los aviones…", agrega hoy desde Rusia, antigua URSS, país que le acogió hace 75 años.
Con mar y tierra de por medio, a él y a unos hermanos suyos les subieron a otro barco y les trasladaron a Leningrado, ciudad llamada hoy San Petersburgo. Más adelante, le enviaron a una ciudad del Mar Negro hasta que en 1941 estalló la Segunda Guerra Mundial y fue evacuado a una localidad del Volga. En 1945, acabado el conflicto internacional, asentó su residencia en Moscú, donde se casó con una ciudadana rusa, matrimonio que no tuvo descendencia.


¿Pedir ayuda al Príncipe de Asturias?

¿Se han olvidado de quien es hijo el tal Felipe?

¿No recuerdan toda la destrucción, dolor y muerte causada por Francisco Franco en su intento por mantener al pueblo vasco bajo el yugo español?

¿No viene a su memoria que fue el mismo Franco el que preparó a Juan Carlos Borbón para sucederlo?

Qué lástima, realmente, y para mayor inri, se esperanzaron con las ayudas prometidas por el español que usurpó el gobierno de la CAV.

Pero vean la foto que acompaña la nota, atrás en la pared, solo imágenes del más cutre folklorismo español, ni una sola que reivindique su identidad de vascos, a pesar de que según la misma nota, la mayoría son vascos.


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