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martes, 15 de julio de 2014

120 Años de la Ikurriña

120 de una bandera que por decisión popular se ha convertido en símbolo identitario y por historia, en símbolo de libertad.

Les presentamos este texto publicaro en Noticias de Navarra:

 


La ikurriña cumple 120 años como bandera que aúna a los ciudadanos de Euskal Herria al margen de ideologías, si bien aún hay ámbitos, como en Navarra, en los que sigue proscrita y no reconocida pese a su significación de libertad

La ikurriña cumplió ayer 120 años de historia desde aquel 14 de julio de 1894 en que ondeó por primera vez en la historia en el Euskeldun Batzokija de la calle Correo de Bilbao. Desde aquellos primeros convulsos momentos de vida, la ikurriña ha sufrido múltiples vicisitudes, desde la incomprensión y la represión hasta la prohibición más absoluta durante la dictadura franquista que odiaba su significado de emancipación, pasando por su oficialización, primero durante el primer Gobierno Vasco convirtiéndose en el símbolo de la lucha de los gudaris por la libertad, y después, tras la muerte de Franco, como enseña de la CAV y de sus instituciones. 

Desde aquellos primeros momentos, la ikurriña -ideada como bandera del entonces único partido que reivindicaba la patria vasca, el PNV- se ha convertido sin ninguna duda en el símbolo asumido como propio por todos los vascos más allá de su ideología e incluso adscripción de sentimiento nacional en la CAV, un hecho por el que hay que felicitarse porque no es sencillo alcanzar tal grado de consenso con elementos simbólicos y de fuerte carga sentimental e identitaria como éste. Con todo, la ikurriña tiene en la actualidad, desgraciadamente, diferentes caracterizaciones en función del territorio del que se trate. 

Así, es la bandera oficial de la CAV y es utilizada con absoluta normalidad tanto por las instituciones como por los diferentes colectivos sociales y por los propios ciudadanos y es reconocida -con algunos matices- en distintos ámbitos institucionales del Estado español. Por contra, la ikurriña sigue siendo, oficialmente, una bandera proscrita en Navarra con una persecución que por ejemplo en los Sanfermines se extiende incluso a la vía pública, en contra no ya de la lógica sino del sentir de miles de ciudadanos, que la consideran un icono cultural y en buena parte también un símbolo de comunión con el resto de los vascos. 

En cuanto a Iparralde, su uso está bastante normalizado a nivel de calle -incluso cayendo en cierto folclorismo-, pero tampoco es reconocida de manera oficial por las administraciones galas. Así, 120 años después, la ikurriña, una enseña de unión y de ansias de libertad, continúa teniendo ámbitos en los que todavía resulta necesario reivindicar la normalización de su uso. Acabará llegando un tiempo en el que, una vez más, la fuerza de la razón -y del respeto a la diversidad- se imponga.





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