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domingo, 27 de diciembre de 2015

Corsica Reta al Jacobinismo Francés

Hubo un terremoto político en Corsica hace poco más de diez días pero casi no se habló de ello, les compartimos este reportaje al respecto publicado en The Independent (traducido por nosotros):

Los nacionalistas anhelan que su recién adquirido poder permita a la isla seguir los pasos a Escocia y Catalunya hacia una mayor autonomía

John Lichfield
Sin disparar un arma - recientemente, por lo menos - una nueva nación "autónoma" enarbola su pabellón en el corazón de Europa. Por primera vez desde el siglo XVIII, Corsica ha colocado un gobierno nacionalista que ya ha declarado a la isla mediterránea de ser un ente cultural e históricamente diferenciado de Francia.

En París, las implicaciones de la victoria nacionalista en las elecciones regionales francesas este mes apenas están empezando a calar. Mientras los ojos del mundo estaban fijos en un golpe de estado electoral fallido por parte de la extrema derecha en la Francia metropolitana, los votantes de Córcega fueron calladamente - inusualmente callados por tratarse tomando en cuenta que se trata de Corsica - haciendo historia.

Tribus de la isla tradicionalmente enfrentadas entre "separatistas", "nacionalistas" y "autonomistas" se combinaron para ganar el poder por primera vez en la asamblea y el ejecutivo de la isla. Puesto que Corsica ya cuenta con un cierto grado de autogobierno, la victoria le dará oportunidades reales al nuevo gobierno de la isla para tomar decisiones incómodas en París.

Los nacionalistas corsos tienen la esperanza de que su nuevo poder le permita a la isla - con una población 320,000 - seguir a Escocia y a Catalunya a lo largo del camino hacia una mayor autonomía y tal vez, un día, la independencia total. Para la furia del gobierno francés, la instalación del nuevo presidente de la Asamblea de Corsica la semana pasada se convirtió en un  gran festival de declaraciones y gestos a favor de la independencia.

Jean-Guy Talamoni, de 55 años, abogado y político de línea dura nacionalista que ha sido comparado por la prensa de París a Gerry Adams del Sinn Fein, se declaró a sí mismo como el líder del "primer gobierno nacional de Córcega desde el siglo XVIII".

Los discursos se hicieron y los himnos se cantaron en la lengua corsa. El negro sobre blanco de la bandera corsa -"la cabeza de moro"- voló por todas partes. La tricolor francesa fue relegada a un segundo plano.
Los nueve electos de la isla hicieron los juramentos de sus cargos en corso sobre un libro de 1758, Justificación de la Revolución de Córcega, considerado como la biblia del nacionalismo corso.
Talamoni, el nuevo presidente de la asamblea, dedicó su elección a "aquellos que nunca han aceptado el dominio francés ... y nunca han dejado de luchar por la supervivencia de la nación corsa".

Él pidió la amnistía para los "presos políticos" y "aquellos todavía en la clandestinidad". La principal facción de un severamente dividido movimiento independentista armado, el Fronte di Liberazione Naziunale Corsu (FLNC), renunció a su "lucha armada" en 2014.

Aunque la violencia fue en su mayoría de bajo nivel, hubo excesos ocasionales, entre ellos el asesinato del funcionario francés de más alto rango en Córcega en 1998.

Un nacionalista más moderado, o "autonomista", Gilles Simeoni, de 48 años, ha sido elegido para hacerse cargo del "ejecutivo" corso. Él dijo recientemente que había llegado el momento "de repensar y reformular" la relación entre Córcega y el Estado francés.

Jean-Pierre Susini, de 67 años, residente de la pequeña aldea de Luri en el norte de Córcega, dijo a la agencia de noticias AFP después de la votación: "Esta es la culminación de 40 años de lucha."

Las negociaciones comenzarán el próximo mes para la creación de un "gobierno de unidad" para Córcega en 2018, la fusionando de ejecutivo con los dos departamentos - o condados -  de la isla. Los políticos de la Francia continental ahora temen que estas negociaciones lleguen a ser un ariete a ser usado para demandar mayor autonomía.

Los políticos de la oposición - de centro derecha -  han pedido al gobierno tumbar las pretensiones de los nacionalistas. En una reunión en la isla tres días antes de las elecciones regionales, el ex presidente Nicolas Sarkozy dijo: "¿Talamoni no quiere a la República Francesa? Bueno, la República Francesa no quiere a Talamoni. Esto es Francia ".

El gobierno encabezado por los socialistas en París - acosado por problemas económicos y de seguridad - está tratando de evitar una confrontación. El presidente del Gobierno, Manuel Valls, dijo la semana pasada que estaba a la espera de un "diálogo sereno, constructivo y pacífico". Declaró que Corsica era "parte de la nación francesa y la República Francesa", pero dijo que reconoce las diferencias de la isla.

Corsica es culturalmente distinta del resto de Francia - más que las regiones continentales que tienen sus propios idiomas, como Bretaña o Alsacia. La isla socialmente es más parecida a Sicilia o a Cerdeña, controladas por un cerrado sistema de clanes familiares.

Aunque la violencia política casi ha desaparecido, la tasa de homicidios se mantiene nueve veces mayor que en Francia en su conjunto.

Córcega ganó su independencia de Génova en 1755 e instaló el primer sistema plenamente democrático de los tiempos modernos, dos décadas antes de los Estados Unidos. La isla fue conquistada por Francia en 1769, pero se independizó de nuevo - declarando una "unión" anti natura con Gran Bretaña - desde 1789 hasta 1796.

Las encuestas sugieren que la mayoría de los corsos se oponen a la independencia total - entre otras cosas porque el estado francés subsidia fuertemente la administración y el sistema transporte de la isla. ¿Por qué, entonces, los nacionalistas triunfaron en las elecciones regionales?

El fin de la "lucha armada" en 2014, en parte mediado por Talamoni, sanó las divisiones entre los nacionalistas moderados y los radicales. Los principales partidos franceses de centro-izquierda y centro-derecha son tan poco aceptados en Córcega como en el resto del estado francés.

Los separatistas unificados y dirigidos por Talamoni así como los autonomistas más moderados liderados por Simeoni derrotaron a los principales partidos en la segunda vuelta de las elecciones regionales del 13 de diciembre. A pesar de que obtuvieron solo el 37 por ciento de los votos, el primer lugar le dio a los nacionalistas una ventaja de nueve escaños de la asamblea - lo suficiente para instalar gobierno.

En cuanto a la cuestión de la independencia, Simeoni le dijo al periódico local Corse-Matin: "los corsos decidirán. Si quieren la independencia, nadie los detendrá. Pero por el contrario, si no la quieren, nadie puede pretender imponérsela".

Funcionarios en París dicen que la estrategia de Valls y del presidente François Hollande es tomarse su tiempo y permitir que las rivalidades entre las diferentes tribus de nacionalistas corsos afloren de nuevo.

Le Monde advirtió la semana pasada, sin embargo, que nada volvería a ser lo mismo en las relaciones entre Córcega y "le continent". En un editorial de primera plana, dijo: "En la historia, tras un azaroso viaje y después de prolongadas transformaciones, el punto de inflexión llega cuando todo cambia."





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