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domingo, 31 de enero de 2016

"Liberar el Proceso de Paz"

Continuamos dando seguimiento al foro que se llevó a cabo en Gernika con este artículo publicado en Gara:

Expertos apuestan por la sociedad vasca para «liberar el proceso de paz»

El Foro Social impulsará núcleos permanentes de trabajo por la resolución tras la jornada de ayer en Gernika, donde miembros del GIC y otros expertos destacaron el valor de las sociedades civiles para desbloquear conflictos y blindar salidas. Brian Currin admite que sería más fácil con cambios en Madrid, pero «no podemos sentarnos a esperar».

Ramón Sola
En un momento de parón doble –el del propio proceso de resolución y el de la encrucijada política en el Estado–, el Foro Social volvió a emerger como hervidero de ideas cargadas de futuro. Fue en Gernika, localidad emblemática cuya fuerza inspiradora reconocieron los intervinientes. Y con un fin concreto: analizar si la sociedad civil puede tener un papel para desbloquear la cuestión del desarme y todo el resto de asuntos pendientes. Tras cuatro horas de aportaciones, las entidades promotoras del acto certificaron que sí, que se puede y se debe. Anaiz Funosas (Bake Bidea) anunció el deseo de formar «foros permanentes» en lugar de la actual dinámica puntual (esta era la tercera edición), de modo que ese impulso social adquiera cuerpo y músculo.

La «pregunta del millón», como él mismo la calificó, la había lanzado al aire Brian Currin a media mañana. Para el coordinador del Grupo Internacional de Contacto, el proceso de paz se ha convertido en una especie de «preso político» del Estado español, y la cuestión es «cómo se puede liberar». Admitió que lo más fácil y deseable sería un cambio político en Madrid, bien por un nuevo gobierno o por otra forma de hacer, pero matizó que «no podemos sentarnos a esperar que ocurra. Tenemos que ser proactivos. Debemos asumir esa responsabilidad».

Currin llegó a este punto tras un repaso de estos últimos cinco años que evidencia la «ralentización» progresiva, ejemplificada en este tema del desarme. Así, recordó que al inicio todo fue muy rápido: «De la constitución de la Comisión Internacional de Verificación al cese definitivo de ETA apenas pasaron 22 días». Citó luego varios hitos, pero cada vez más separados en el tiempo: la declaración de la CIV reconociendo la disposición de ETA en febrero de 2013, el inicio del sellado en enero de 2014, el nuevo informe de los verificadores en diciembre de ese año... Reconoció que ETA ha seguido haciendo manifestaciones puntuales de que avanza unilateralmente en este proceso (la última, la entrevista de GARA a David Pla), pero lamentó que por culpa de las trabas estatales estos pasos «no aprueban el test de transparencia absoluta», lo que provoca lagunas de «credibilidad». Así que concluyó que «la sensación es que esto no va para adelante, y tiene que ver con esa falta de transparencia».

Es ahí donde ubica Currin la posibilidad de intervención de la sociedad civil vasca. Apeló directamente a sus partidos, agentes e instituciones como el Gobierno de Lakua, a los que el GIC ya se dirigió en setiembre para reclamarles acuerdos y pasos: «Si ustedes son capaces de resolver aquí sus conflictos –reiterió–, las oportunidades surgirán y eso dará lugar a una situación en la que el Gobierno español tendrá que tomar cartas en el asunto, tendrá que participar».

La opción civil

Los expertos en resolución de conflictos Veronique Dudouet y Kristian Herbolzheimer desarrollaron las virtualidades que puede tener la participación civil, aludiendo a casos ya testados como Sudáfrica y Filipinas o ahora Colombia. Ojo, no siempre da frutos, matizó el también miembro del GIC Alberto Spektorowski: «En el conflicto de Israel y Palestina también tuvimos algo parecido a este foro, pero no funcionó, la violencia le ganó. En el momento en que hay violencia, todo se radicaliza y no hay vuelta atrás». Por eso Spektorowski da gran valor al estadio al que se ha llegado en Euskal Herria por la decisión unilateral de ETA de acabar con su lucha armada, y espera que esa realidad positiva termine enterrando también «la violencia estructural del Estado».

Dudouet consideró que sería muy interesante que la sociedad vasca pudiera elegir entre varias opciones de afrontar el final del conflicto, como ocurrió en Filipinas, donde se sometieron a votación hasta seis posibilidades diferentes. Puso igualmente sobre la mesa un caso conocido: cómo dos líderes religiosos representativos de las comunidades enfrentadas (Harold Good y Alec Reid) ejercieron como fedatarios del desarme en Irlanda. «La sociedad civil tiene gran importancia para acompañar estos procesos y para certificarlos», constató.

Herbolzheimer añadió que esta implicación popular da un plus a los procesos de resolución, porque las mesas de negociación entre las partes directamente enfrentadas no dejan de ser algo «entre élites». Avisó, en cualquier caso, de que para ello las fuerzas civiles «tienen que generarse credibilidad ante las dos partes, y eso solo se hace juntando a diferentes y con autonomía». En varios momentos de las cuatro horas de sesión se aludió a la posibilidad de que las víctimas tengan cierto liderazgo en este terreno. Currin dejó caer que «con un entorno en que las víctimas sean reconocidas, pueden comprometerse más en el futuro». Y Herbolzheimer saludó muy positivamente que en el proceso colombiano «las víctimas estén puestas en el epicentro mismo».

Papel internacional

La sesión exaltó por tanto la importancia de la sociedad civil («se subestima siempre», recalcó Currin) frente a la fuerza del Estado e incluso de la comunidad internacional. Llamaron la atención aquí las críticas de los dos miembros del GIC, esta vez sin pelos en la lengua. Spektorowski pidió al auditorio «no confiar demasiado en ella. Las posibilidades de implicación aquí son muy pequeñas, no tienen interés en esto». Currin lo corroboró tres horas después: «La comunidad internacional ha fracasado, no ha hecho la contribución que debiera, no ha presionado más al Estado español. Pero eso no frustra nada. Tampoco obstaculiza nada».

Las intervenciones fueron seguidas en el Lizeo Antzokia de Gernika por unas 200 personas, entre ellas representantes del PNV (Joseba Aurrekoetxea), EH Bildu (Rufi Etxeberria, Hasier Arraiz, Pello Urizar) y Podemos (Lander Martínez, Neskutz Rodríguez). Pareció el inicio de algo. Funosas emplazó a marzo para más noticias.

Facilitadores

«Si ustedes en Euskal Herria son capaces de resolver sus conflictos, el Gobierno español tendrá que participar» Brian Currin

«No confíen demasiado en la comunidad internacional, no tienen interés en esto, así que hay que hacerlo en Euskal Herria» A. Spektorowski

Expertos

«La iniciativa civil tiene que generar credibilidad ante las dos partes, y eso solo se hace juntando a diferentes» K. Herbolzheimer

«El desarme es más eficaz con apoyo de figuras independientes, legitimadas por todas las partes, que pueden monitorizar» V. Dudouet



Una vez más desde este blog se invita cordialmente a París y a Madrid a seguir el ejemplo del proceso de paz entre las FARC y el régimen colombiano. De que se puede, se puede.





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