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domingo, 14 de febrero de 2016

Hablan Raúl y Alfonso (Los Titiriteros)

Da la sensación, por lo poco que se habla del tema en las redes, que los mismos que hace una semana pusieron el grito en el cielo por la detención de los titiriteros Raúl García y Alfonso Lázaro en Madrid por el montaje de una obra satírica que critica el exceso de poder en las instituciones tanto del estado como afines al estado piensan que los dos artistas ya están fuera de peligro pues los dos ya no se encuentran tras las rejas.

Qué poco saben y entienden de la maquinaria represiva del régimen borbónico franquista. Raúl y Alfonso no estarán libres de peligro hasta que la fiscalía no se retracte de los cargos y, a juzgar por lo publicado en El Mundo en contra de Raúl, el asunto no va a parar, por lo menos no pronto.

Felices, tal vez hasta sintiéndose victoriosos, los que visitaron este blog buscando información acerca del tema ni siquiera pusieron atención a lo sucedido con Abel Azcona o con César Strawberry esta misma semana. Poco también les importó el contexto histórico que les mostramos al señalar lo sucedido a Gustavo Pérez Puig y a Alfonso Sastre cuando se presentó la obra de este último inspirada en el Quijote.

Para los que aún estén interesados en el asunto, les compartimos esta nota publicada en Naiz:

Los titiriteros defienden el «derecho a decir las cosas que al de al lado no le gustan»

Los titiriteros detenidos y encarcelados tras la función 'La bruja y don Cristóbal', en la que desplegaron una pancarta con las palabras «Gora Alka-ETA», han asegurado que pretendían hacer reflexionar con «una historia de ficción que por desgracia tiene muchas similitudes con la realidad».
Raúl García Pérez y Alfonso Lázaro de la Fuente, los titiriteros acusados de un delito de «enaltecimiento del terrorismo», han asegurado en un comunicado que con la obra «no pretendían aleccionar a nadie y mucho menos a los niños» y que «no pretendían ofender a nadie con su espectáculo».

«Por eso advertimos al público antes de comenzar de que los personajes realizaban actos atroces y violentos. A las personas que decidieron quedarse y se sintieron ofendidas les pedimos disculpas pues esta nunca fue nuestra intención, como tampoco lo fue enaltecer el terrorismo, ni incitar a la violencia o al odio», han aclarado en un comunicado .

Además, han hecho hincapié en que sus opiniones no se corresponden necesariamente con lo que dicen sus títeres en las funciones. «Nosotros no somos todo lo que cada títere pueda decir o le pueda ocurrir en cada escena», han señalado.

En todo caso, aseguran sentirse «preocupados» por la reacción que ha suscitado la obra que representaban, cuya finalidad no era otra que «reflexionar sobre algunas situaciones que se dan hoy en día mediante «una historia de ficción que por desgracia tiene muchas similitudes con la realidad», según han indicado.

Por ello han esgrimido su derecho a la libertad de expresión y han argumentado que dicha libertad «permite decir las cosas que al de al lado no le gustan, o no le apetece oír, o incluso le horroriza escuchar» y han lamentado que «la experiencia difícil» de los últimos días, así como las «difamaciones» recibidas.

«Hemos sido difamados por algunos medios de comunicación mientras permanecíamos en prisión y ahora estamos sintiendo las heridas que han abierto en nuestros seres queridos», han criticado.








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