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martes, 28 de junio de 2016

Aguas Blancas en la Memoria

Les compartimos este texto del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo que nos han hecho llegar desde la Red de Defensa de los Derechos Humanos:

Aguas Blancas, Guerrero, ¡No se Olvida!
Este 28 de junio se cumplen 21 años de la masacre en Aguas Blancas, Guerrero, donde cuerpos policíacos de esa entidad federativa bajo las órdenes del entonces gobernador Rubén Figueroa Alcocer, dispararon a mansalva contra integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS); los saldos nefastos para el pueblo fueron 17 campesinos asesinados y varios heridos.

Como Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, manifestamos nuestro repudio por este que crimen que provocó el derramamiento de sangre de 17 hijos del pueblo, que por ningún motivo permitamos sepultar en el olvido, hermanos de clase que lucharon por la defensa de los intereses del pueblo.

Lo que sucedió en Aguas Blancas fue un crimen de Estado y de lesa humanidad, a 21 años permanece en la impunidad, sin enjuiciar a los autores materiales e intelectuales de este aberrante crimen. Masacre que expresa la política de Estado contra el pueblo organizado y no organizado, la actitud de gobiernos antipopulares y represivos ante las justas demandas del pueblo.

En todos estos años, la violación sistemática a los derechos humanos ha sido una constante, la impunidad es una política de gobierno para que las víctimas no tengan juicios conforme a las normas del Derecho Penal Internacional, por tanto, eso nos explica por qué se cubre con el manto de la impunidad a los cuerpos represivos como a políticos de oficio, fieles cancerberos de los intereses oligarcas.

En la actualidad esta política sigue vigente, sexenio tras sexenio se cometen crímenes contra el pueblo, no importa quien esté al frente del Ejecutivo Federal, todos se conducen con la misma política represiva y antipopular para garantizar las cuotas de ganancia de la burguesía.

Con la imposición de las leyes neoliberales se han cometido todo tipo de crímenes de lesa humanidad y de Estado, como lo han hecho en Aguas Blancas, Acteal, El Charco, Atenco, movimiento magisterial-popular en Oaxaca en el 2006 y ahora Nochixtlán en la misma entidad; Ayotzinapa, los detenidos desaparecidos por motivos políticos o sociales, los ejecutados extrajudicialmente, los detenidos arbitrariamente…

Las víctimas de éstos aberrantes crímenes son muchas: más de 300 mil detenidos desaparecidos, más de 250 mil ejecuciones extrajudiciales, miles de presos políticos y de conciencia, más de 1 millón 200 mil desplazados de sus lugares de origen y miles de torturados, todos actúan con el mismo hilo conductor y nos conducen a los cuerpos policíaco militares como los autores materiales, pero, que en cadena de mando nos conducen al Ejecutivo Federal.

La represión tiene muchas formas y muchos son los rostros de las víctimas, cuya política es el terrorismo de Estado, para imponer mediante la violencia y el terror las políticas neoliberales, como lo hicieron el pasado 19 de junio en Nochixtlán, Oaxaca, al tratar de desalojar al movimiento magisterial-popular, quienes exigían la libertad de los presos políticos de la CNTE, la abrogación de las leyes antilaborales y privatizadoras de las reforma educativa, además de que fue un intento por doblegar la solidaridad del pueblo.

Como pueblo han sido muchas las experiencias que se han tenido, como muchos los detenidos desaparecidos, asesinados extrajudicialmente, muchos los presos políticos y los torturados por los cuerpos policiaco-militares, lo que nos obliga a reflexionar que sólo mediante la unidad y la combatividad de las masas podemos hacer frente a esta política de Estado.

Debemos aprender de nuestra experiencias y comprender que nos enfrentamos a un gobierno neoliberal, que utiliza prácticas fascistas para contener la inconformidad del pueblo y todo brote organizativo de los sectores populares; si éste se prepara día con día para reprimir y asesinar al pueblo organizado y no organizado, nos corresponde defender nuestras cusas y justas demandas con la organización y combatividad del pueblo.

Aguas Blancas significa para el pueblo un motivo más de lucha, así como los detenidos-desaparecidos son una razón para luchar, el recuerdo de los masacrados es parte de la memoria histórica que exige a todos organizarnos y seguir luchando para exigir juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de la represión contra el pueblo. ¡28 de junio! ¡Ni perdón ni olvido!



El Charco, Aguas Blancas, Iguala, Ayotzinapa... como en los tiempos de Genaro Vázquez y de Lucio Cabañas, el gobierno federal continúa con la brutal sangría del pueblo guerrerense.





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