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viernes, 5 de mayo de 2017

El Feminicidio de Lesvy

Lesvy Berlín Osorio es la más reciente víctima de feminicidio en un país donde este tipo de crimen está a la alza, consecuencia de la violencia, la corrupción y la impunidad que los gobernantes del PRI y del PAN han impuesto a sangre y fuego en un país secuestrado por la derecha desde hace décadas.

Les compartimos este reportaje publicado en Proceso acerca de la multitudinaria manifestación que se ha llevado a cabo en la Ciudad Universitaria para exigir justicia en su caso:


Areli Villalobos

Al grito de “¡Esta universidad no está exenta de violencia machista!” y “¡El crimen de Lesby no es un hecho aislado, fue un feminicidio, un crimen de Estado!”, colectivos, asambleas feministas, redes de mujeres, estudiantes y personal de la UNAM marcharon dentro de las instalaciones de esta casa de estudios, en rechazo a la violencia que sufren las mujeres dentro de la universidad y para exigir el esclarecimiento del homicidio de la Lesby Orozco Martínez.

Minutos antes de las dos de la tarde, cientos de mujeres de todas las edades, niños, estudiantes, académicas se reunieron a las afueras del Auditorio Ricardo Flores Magón, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), con un fin: denunciar la violencia de género que sufren día con día las mujeres en la UNAM.

“Todos los días matan a mujeres en nuestro país. Hoy nos tocó en casa. Es una situación que ha rebasado por mucho al país entero y, como universidad, nos toca reclamar”, explicó Paulina Cortés, estudiante y miembro del colectivo “Nos hacen falta”, una de las organizaciones que, junto con la Asamblea de Feministas de la UNAM, convocó y difundió a través de redes sociales la convocatoria al mitin

Con los grupos de feministas encabezando la marcha, y con el respaldo de otros colectivos mixtos que gritaban desde la retaguardia del contingente, los cientos de manifestantes partieron a las dos de la tarde, iniciando su recorrido por la explanada alta de la Facultad y los pasillos centrales de la misma.

“Muchas compañeras han denunciado abiertamente a estudiantes y académicos que las han acosado y violentado, en las escaleras, cerca de los baños, en los turno de la tarde, pero vemos mucha negligencia por parte de las autoridades de la facultad. Nuestros pasillos dejaron de ser una burbuja de seguridad”, deploró una joven de Derecho.

“Vivimos diariamente en nuestras facultades, en nuestros salones, de nuestros compañeros y profesores, acoso y actitudes machistas”, compartió Roxana, de Filosofía y Letras.

Los manifestantes caminaron por el circuito Mario de la Cueva, en la ciclovía que conduce a la Facultad de Ciencias y también gritaron consignas en los pasillos del Anexo de Ingeniería.

Frente a la caseta telefónica en donde fue encontrado el cuerpo sin vida de Lesby, en un camino arbolado que comunica a la Facultad de Química con el Anexo de Ingeniería, el contingente dejó flores, veladoras, carteles e incluso leyó poemas.

Fue entonces cuando madres de mujeres víctimas de feminicidio se hicieron presentes.

“Me uno para pedir justicia por mi hija, tengo tres años con cuatro meses exigiéndola y no me quieren ayudar. Lo de mi hija también lo quisieron pasar como que se suicidó. ¡No fue cierto!: primero la golpearon, después la colgaron y todavía por último le cortaron sus venas”, dijo entre lágrimas la mamá de Fernanda Sánchez Velarde, joven asesinada el 4 de enero del 2004, en el municipio mexiquense de Cuautitlán.

Norma Andrade, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, también habló de su hija, encontrada sin vida en febrero de 2001, en Juárez, Chihuahua.

“Estoy molesta porque se supone que las facultades son espacios libres de violencia en contra las mujeres. El hombre se siente con el derecho de asesinar, venir y tirar y que no pase absolutamente nada. A mí me asesinaron a una hija, y que se vuelva a repetir eso en la universidad, en la ciudad donde se supone que es una entidad segura, es de no creer”, señaló.

Luego de un “minuto de ruido” por la joven asesinada en el campus, y todas las mujeres muertas por la misma causa en el país, el contingente siguió avanzando por los pasillos de la Facultad de Química, tomó el circuito que conecta a las facultades de Medicina, Economía, Derecho y Filosofía, y finalmente llegó al edificio de rectoría.

Frente al escudo de la Universidad y una bandera nacional, ocho estudiantes de teatro realizaron un performance: mujeres maniatadas, embolsadas, golpeadas y ensangrentadas fueron los papeles que interpretaron.

Finalmente, y luego de escuchar los comentarios del exacadémico de la Universidad y exlíder del movimiento estudiantil del 68, Marcelino Perelló, se leyó un pronunciamiento.

“Queremos que la universidad reconozca que no puede contener el ser parte del clima de violencia que vive el país, que no haga caso omiso de las denuncias y los hechos de violencia de género que se llevan a cabo en ella, que sea congruente con las políticas y protocolos para prevenir y erradicar la violencia de género dentro del campus, que enuncie y no encubra ni sea cómplice de los agresores.

“Nuestra exigencia es que la seguridad no se resuelve con la implementación de cámaras y otros elementos. Esos son sólo paliativos, no han resuelto de fondo el problema en el que nos encontramos. Lo que exigimos es la desarticulación de las redes de poder que encubren a los acosadores, agresores y feminicidas.

“Debemos mejorar la atención a las denuncias, que no revictimicen a las compañeras agredidas, y que se lleven a cabo protocolos transparentes y sin irregularidades”, soltó.

Como ejemplo del “nivel de misoginia dentro de la universidad”, señalaron que luego de denunciar a la Facultad de Ingeniería como uno de los lugares más violentos dentro de la universidad, grupos de estudiantes las atacaron en redes sociales, en donde las llamaron “feminazis”, “exageradas”, e incluso escribieron que deberían de encerrarlas a todas en un cuarto y quemarlas.

La manifestación concluyó cerca de las cinco de la tarde y luego del pronunciamiento de los padres de Lesby Orozco.

Entre los colectivos participantes destacaron “Las enredadas”, “Pan y Rosas”, “Nos hacen falta” y “Asambleas Feministas” de Ciencias Políticas y de Filosofía y Letras.

Como ejemplo del “nivel de misoginia dentro de la universidad”, señalaron que luego de denunciar a la Facultad de Ingeniería como uno de los lugares más violentos dentro de la universidad, grupos de estudiantes las atacaron en redes sociales, en donde las llamaron “feminazis”, “exageradas”, e incluso escribieron que deberían de encerrar a todas en un cuarto y quemarlas.

Horas más tarde, la Universidad emitió un comunicado en que aseguraba compartir la indignación expresada por los sectores de la comunidad universitaria, y aseguraba que el mitín era una muestra palpable de que sucesos como el ocurrido a Lesby no debían repetirse.

“La UNAM reitera su voluntad de continuar colaborando, con todo lo que esté a su alcance, con las autoridades investigadoras para conocer a la brevedad lo sucedido”, dijo.

“No es un hecho aislado, fue feminicidio, un crimen del estado”, corearon las cientos de mujeres en la marcha.






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