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viernes, 24 de noviembre de 2017

La Dignidad del Mariscal Pedro II

Un poco de memoria no nos viene mal en estos momentos en los que Madrid blande la Espada de Damocles conocida como el artículo 155 de la Constitución Borbónico Franquista:

Les compartimos la información que la iniciativa ciudadana Nafarroa Bizirik a compartido en conmemoración del legado de compromiso y dignidad que ha heredado al pueblo vasco el Mariscal Pedro II de Nabarra:


24-11-1522  ~ Asesinato del Mariscal Pedro de Navarra, jefe del ejército leal a los legítimos reyes de Navarra, tras haber sido tomado prisionero al intentar la recuperación de las tierras invadidas por Castilla, estando prisionero a la sazón de su rey Carlos I, quien también reinaba en Alemania como Carlos V.

El mariscal Pedro II de Nabarra era el jefe supremo del ejército navarro en la Nabarra independiente que gobernaban los reyes Juan de Labrit y Catalina de Foix. Este reino fue invadido y conquistado por las tropas castellanas mandadas por el Duque de Alba en el año 1512.

Después de la invasión del 1512, se llevaron a cabo varias contraofensivas para expulsar a los invasores. En el segundo intento de recuperación del reino acaecido en el año 1516, el mariscal Pedro de Nabarra pasó desde la Baja Navarra con 1.200 hombres. En el Roncal se le unieron 120 roncaleses. Sin embargo en aquellos desfiladeros tropas castellanas al mando del coronel Cristóbal Villalba hicieron prisioneros al mariscal y otros jefes agramonteses.

El mariscal Pedro de Nabarra y los agramonteses apresados fueron encarcelados en la fortaleza de Atienza. El 29 de mayo de 1518 se le hizo una oferta de perdón, a cambio de jurar fidelidad al Rey Carlos Iº de España y Vº de Alemania. El mariscal rechazó esta oferta de perdón con las siguientes palabras: “Una vez más suplico, con toda humildad posible a su Majestad, se sirva demostrar conmigo la magnificencia que ha de esperarse de semejante Majestad, devolviéndome la libertad entera y el permiso de ir servir a quien estoy obligado. La fidelidad, la limpieza que su Alteza quiere y estima de sus servidores, yo podré guardarla a los míos, y por ello me tornaré cautivo y esclavo de su servicio”.

Posteriormente fue trasladado a la prisión de Simancas. El 24 de noviembre de 1522, apareció acuchillado en su celda, manteniendo su fidelidad a los legítimos reyes de Nabarra.






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